Una pasión que se mantiene desde el banquillo
Pablo Pérez afronta su segunda temporada como entrenador del Serelles Fútbol Sala
El Serelles FS ha comenzado una nueva temporada en la Tercera División de fútbol sala con optimismo, después de cosechar su primera victoria liguera el pasado domingo ante el Joventut Elx (4-3). El club, con el objetivo claro de lograr la permanencia, ha mostrado buenas sensaciones en este primer encuentro, aunque el camino por delante promete ser complicado. El principal reto del equipo es mantenerse en la categoría y, si es posible, hacerlo sin sufrir tanto como en la pasada campaña, en la que consiguieron la salvación en la última jornada.
El entrenador del equipo, Pablo Pérez, quien asumió las riendas del club la temporada pasada tras una larga trayectoria como jugador, es el encargado de dirigir este proyecto. Pérez, exjugador del Serelles que tuvo que retirarse prematuramente debido a una grave lesión en la cadera, encara su segunda campaña con la esperanza de que su equipo no sufra tanto como en la anterior. “El año pasado lo pasamos mal, nos salvamos en el último partido y esperamos que este año las cosas vayan mejor desde el principio”, recuerda.
El Serelles no vivió una pretemporada sencilla, con algunos contratiempos y resultados que no acompañaron del todo. A pesar de esto, el equipo ha comenzado la liga con buen pie. Pablo Pérez destaca la actitud de sus jugadores durante el primer partido, elogiando la capacidad de adaptación de los nuevos fichajes y la cohesión del grupo: “Es un equipo muy joven, pero con mucha hambre. Todos están remando en la misma dirección, y eso es lo más importante”.
Entre los jugadores que forman la columna vertebral del equipo, destaca el capitán Dako, cuya experiencia es clave para guiar a los más jóvenes. Esta temporada, además, el equipo ha dado el salto a varios jugadores de la cantera como David Vidal, Borja García y Javi Rodríguez, quienes tras varios años entrenando con el primer equipo, ahora forman parte definitivamente de la plantilla. Además, regresan Moyano y Raúl Gutiérrez, este último procedente del Ye Faky de Cocentaina, y se suma la nueva incorporación de David Vidal, llegado desde Castalla.
El técnico también resalta el papel de los veteranos, quienes han acogido muy bien a los recién llegados: “La confianza que les dan es vital. Les recalco siempre que se empapen de la experiencia de los más veteranos, porque ellos son el futuro del club”, asegura Pablo Pérez. Esta filosofía de apostar por la cantera es uno de los pilares fundamentales del club.
La Tercera División es una competición extremadamente competitiva, donde los equipos suelen resolver los partidos por pequeños detalles. Para esta temporada, Pablo Pérez señala al C.F.S Ibi y al Horadada como los grandes favoritos debido a sus plantillas de calidad y sus elevados presupuestos. “Será una liga muy igualada, como la del año pasado. Todos los equipos se conocen bien y los partidos se deciden por mínimos detalles”, explica. Además, la reciente renuncia del Santa Pola ha dejado la liga con 15 equipos, lo que añade otro factor de incertidumbre al calendario.
A pesar de la complejidad de la liga, el objetivo principal del Serelles es la permanencia, aunque Pablo espera que el equipo logre este reto mucho antes que en la campaña anterior.
Otro de los pilares del proyecto es el segundo equipo del Serelles, que compite en Preferente. Este equipo, compuesto por jugadores sub-23, funciona como un trampolín para que los jóvenes puedan debutar en el primer equipo. De hecho, en el primer partido de liga de esta temporada ya debutó Óscar, uno de los jugadores del filial, y Pablo asegura que debutarán más a lo largo del curso.
El presidente del club, Javi Silvestre, también juega un papel crucial en este proyecto. Antiguo entrenador de Pablo Pérez durante su etapa como jugador, Silvestre ha sido una figura de apoyo fundamental para el técnico en su transición al banquillo. “Aprendí mucho de él cuando era mi entrenador, y ahora es un gran apoyo para mí como presidente”, destaca Pablo.
La historia personal de Pablo está marcada por un punto de inflexión dramático. Tras un tiempo jugando con dolor, una grave lesión de cadera lo apartó de las pistas de forma definitiva. Le diagnosticaron artrosis y displasia, y la única opción era someterse a una operación que le impediría volver a jugar. “Fue un golpe muy duro. El fútbol sala es mi pasión y, de la noche a la mañana, me dijeron que no podría volver a jugar”, recuerda con nostalgia. El dolor no solo afectaba su rendimiento en la pista, sino también su vida diaria, dificultando incluso dormir y trabajar con normalidad.
Psicológicamente, fue un momento muy complicado para Pablo, especialmente porque coincidió con el descenso del equipo de Segunda División B a Tercera. “No me sentía parte del equipo, no podía ayudar a mis compañeros y eso me frustraba muchísimo”, confiesa. Sin embargo, con el apoyo de su familia y amigos, y sin necesidad de recurrir a ayuda profesional, consiguió superar este bache emocional.
Pronto decidió sacarse el título de entrenador y continuar vinculado al fútbol sala desde el banquillo. Comenzó dirigiendo al senior “B” del Serelles y, tras el buen trabajo, subió al primer equipo, donde está ahora en su segunda temporada. “Mi principal objetivo es transmitir a los más jóvenes todo lo que yo aprendí como jugador”, afirma, señalando que aunque ahora se pone “más nervioso en los partidos que cuando jugaba”, sigue viviendo el deporte con la misma pasión.