Transmitir el amor por la gimnasia rítmica

María Nadal es una de las cuatro entrenadoras del Club Gimnasia Rítmica San jordi

La vuelta al cole es también un momento crucial para los clubes deportivos, que inician una nueva temporada con la vista puesta en nuevos retos. Entre los deportes que más alegrías está dando a la ciudad se encuentra la gimnasia rítmica, y uno de los clubes que mejor la representa es el Club de Gimnasia Rítmica Sant Jordi. Reconocido por su capacidad para formar estrellas, el club se ha marcado este año un objetivo fundamental: lograr el progreso de todas sus gimnastas, basado en el trabajo, la disciplina y el compromiso. Además, cuentan con varias promesas que podrían sorprendernos en las próximas competiciones.

En la base del club se encuentra su equipo de entrenadoras, compuesto por cuatro mujeres apasionadas por la gimnasia rítmica: Jennifer López, Lucía Úbeda, María Iniesta y María Nadal. Aunque se dividen los grupos de trabajo, las cuatro entrenadoras trabajan de forma transversal, compartiendo tiempo con todas las gimnastas del club a lo largo de la temporada, lo que les permite conocer de cerca el desarrollo de cada deportista.

Jennifer López y Lucía Úbeda son las responsables de los grupos de competición de alto nivel, donde el entrenamiento es más riguroso y se enfocan en la perfección técnica y la preparación para competiciones de carácter regional y nacional. Por otro lado, María Iniesta y Nadal se encargan de los grupos de iniciación a la competición y de la escuela, sentando las bases para el futuro de las pequeñas gimnastas del club.

Dentro del trabajo de las entrenadoras, aterrizamos en la trayectoria de María Nadal, ejemplo claro de cómo este club marca la vida de sus gimnastas. Comenzó a practicar el deporte en una actividad extraescolar organizada por Silvia Jordà. “Cuando llegué a la secundaria, decidí continuar en el club. A pesar de haber empezado tarde en este deporte, siempre me sentí apoyada tanto por mis entrenadoras como por mis compañeras”, recuerda. A día de hoy, María es entrenadora y sigue formándose en gimnasia rítmica, compaginando su trabajo en marketing y comunicación en Vectalia con su pasión por este deporte.

Para María, su carrera como gimnasta no fue prolífica en términos de alto nivel competitivo, pero destaca que el club le enseñó a valorar más su progreso personal que los resultados en una clasificación. “Mi objetivo siempre ha sido crecer y superarme a mí misma. Sabía que, por mi edad, no iba a tener una carrera larga en el deporte, pero el hecho de seguir como entrenadora me permite mantener la gimnasia como parte de mi vida”, comenta con orgullo.

Así pues, en sus años como entrenadora, se ha centrado en trabajar con las gimnastas más jóvenes, de entre 3 y 6 años. “Me hace especial ilusión porque la forma de trabajar con las más pequeñas es muy diferente”, comenta. “Es un trabajo mucho más psicomotor y de coordinación, basado en el juego y las actividades lúdicas, lo que les permite desarrollar habilidades importantes para su crecimiento tanto dentro como fuera del deporte.”

El éxito del Club Sant Jordi no sería posible sin el esfuerzo conjunto de muchas más personas, Zebida Leal, actual presidenta; Silvia Jordà, fundadora del club; o Julio Reig, quien estuvo a la cabeza del Sant Jordi la gran parte de sus años y que faltó el pasado mes de julio. Además, a lo largo de los años, antiguas gimnastas del club también han seguido involucradas, contribuyendo en diversas áreas y transmitiendo su amor por el deporte a las nuevas generaciones.

Esta pasión es una de las características que distingue al club. “Para nosotras, lo más importante es transmitir el amor por la gimnasia a nuestras gimnastas”, destaca María Nadal. “Queremos que este deporte sea una experiencia positiva, donde cada una se sienta acogida y valorada, independientemente de su nivel.” El Club Sant Jordi no solo se enfoca en la técnica y el rendimiento de sus gimnastas, sino también en inculcar valores fundamentales como el compromiso, la superación, el respeto, la responsabilidad, el trabajo en equipo, el compañerismo y la empatía. Estos valores son los pilares sobre los que se construye el desarrollo integral de cada gimnasta, tanto dentro como fuera del tapiz.

Para lograr estos objetivos, el club divide este curso a sus alrededor de 100 gimnastas en seis grupos, clasificados por niveles y edades: escuela, liga, federación y nacional. “El tiempo de trabajo cambia mucho según las edades”, explica Nadal. “Con las más pequeñas, trabajamos mucho en la coordinación y la psicomotricidad, con actividades lúdicas que les ayuden a desarrollarse. A partir de los 6 o 7 años, empezamos a incorporar elementos específicos de la gimnasia rítmica, como el uso de los aparatos, y damos más importancia a la flexibilidad, el equilibrio y la potencia en los saltos. En los niveles más avanzados, el trabajo se centra en el perfeccionamiento técnico y la preparación para la competición.”

El Club Sant Jordi ha sido cuna de gimnastas que han alcanzado grandes resultados a nivel nacional. Nombres como Elena Gisbert, Neus Blanes o Elba Navarro, esta última deportista de élite con medallas nacionales, son ejemplos de la calidad de formación del club. Aunque muchas de estas gimnastas se retiran al llegar a la universidad, el club celebra que muchas de ellas sigan ligadas al deporte, compaginando sus estudios con la práctica de la gimnasia hasta que la situación lo permite.

Para esta temporada, el club tiene grandes expectativas con algunas de sus jóvenes gimnastas. Entre ellas, destacan Abril Mengual, de tan solo 11 años, que ya ha participado en siete campeonatos nacionales y la temporada pasada consiguió el pase al Nacional Absoluto Individual, una de las competiciones más exigentes. También se espera mucho de Martina Micó, quien el año pasado participó en su primer Campeonato de España y sigue mejorando día a día.

Otras promesas que comienzan a destacar en la competición son Rosa Pérez y Elsa Coi, quienes han logrado grandes resultados en distintos niveles de la federación. El objetivo del club para esta temporada es que estas nuevas gimnastas tomen el relevo de las deportistas de mayor nivel que ya se han retirado y que sigan creciendo. La vuelta al cole también marca el inicio de una temporada llena de retos y esperanzas para el Club Sant Jordi, un espacio donde las gimnastas no solo se forman en la técnica de un deporte exigente, sino también en valores que las acompañarán durante toda su vida.

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