“Mi espejo era Vivian Leigh”
Neus Agulló, mejor actriz del Festival de Cine de Alicante
Neus Agulló (1944), actriz nuestra, orgullosa de pertenecer en Alcoy, acaba de recibir por la película ‘L’àvia i el foraster’ el premio a la mejor interpretación femenina al Festival de Cine de Alicante. “Es una película muy bonita y el galardón ha sido un orgullo, especialmente a mi edad”.
Pero antes de centrar la charla con la encantadora Neus en los momentos actuales, queremos que nos hable de sus inicios artísticos, a finales de los 50. “Iba a bordar y la encargada me decía que le hiciera cine mudo”, recuerda con nostalgia.
“Ella tenia un sobrino, Rafael Insa, que era cofundador de la compañía de teatro ‘La Cazuela’, donde pronto me introduje, muy joven”, comenta. Veía como ensayaban y leía poemas, aunque fue la obra ‘Seis personajes en busca de autor’, de Luigi Pirandello, la que le cambió la vida.
No encontraban a nadie para la actriz principal y “me postulé: no paraba de ir detrás del director, Mario Silvestre”, dice entre risas. “No sé si esa obra me cambió la vida, porque lo hubiera hecho cualquiera, por el hecho que actuar es lo que más me gusta”.
Actriz de raza, reconoce que no le gusta en absoluto “aquello del photocall y aparentar”, que queda para otras generaciones, “a pesar de formar también parte del trabajo”. “Me apasiona actuar y ya está”, apunta.
SCARLETT O’HARA
Respecto a quienes fueron las actrices y películas que le marcaron a su juventud, Neus no duda a señalar a Vivian Leigh, “mi espejo, un referente”, especialmente en su papel de Scarlett O’Hara en ‘Lo que el viento se llevó’ (1939), “cuatro horas de puro cine, con el inolvidable Clark Gable”.
“Aparecía en el patio de butacas y me sentía Escarlata”, sostiene, “me encantaba esa actriz, después igualmente majestuosa a ‘Un tranvía llamado deseo’ (1951), junto a Marlon Blando. “Vivian Leigh reflejaba la mujer libre, la que decidía, que entonces estaba muy mal visto”.
También le fascinó Betty Davis en ‘¿Qué fue de Baby Jane?’ (1962), un duelo interpretativo con Joan Crawford, que se prolongaba fuera del rodaje “porque se llevaban a matar”.
UNA ACTRIZ TODOTERRENO
Neus, ahora en sus últimos años como actriz, se considera una actriz todoterreno, “capaz de hacer de todo: reír, llorar, cantar…”. “Me atrevo con todo, me echo a la arena, aunque a veces he pensado ‘por qué me he metido en esto, por favor?’”. La respuesta es bien sencilla: “mi vida es la interpretación”.
Se queda, eso sí, con el teatro, antes que el cine, “que igualmente me encanta”, porque el escenario tiene otra cosa, “proximidad, inmediatez, emoción, por el hecho de que estás con el público y notas las reacciones, si están emocionados, si ríen: tu sudor se mezcla con el de ellos”.
Confiesa, no obstante, que el teatro es muy duro, “muchísimo más que el cine”, porque te equivocas y tienes que seguir. “Fue Pep Cortés, que en paz descanse, el que me inculcó ese amor por esta profesión”.
El cine y las series, por su parte, “me divierten”, siente unas sensaciones muy diferentes a las que proporciona el teatro. “Me permiten conocer mucha gente, porque en una película siempre trabajan muchos: haces amistades, unas te duran y otras no”.
SU ÚLTIMA ACTUACIÓN
‘La abuela y el forastero’ ha sido mi última película, nos anuncia la actriz. “Me han ofrecido un papel en una producción en Barcelona y he dicho no: me he dado cuenta de la edad que tengo”, admite. Recordamos, en ese sentido, que Neus Agulló sufrió un grave problema de salud hace unos catorce años.
“El día que me encontré fatal íbamos a estrenar una obra de teatro”, rememora, pero le dijo a su nuera, Maribel Casany, “hago la función y mañana retorno al hospital”. Afortunadamente no le hizo caso y hemos podido continuar disfrutando de Neus, como lo haremos muchos años más.
La película, insiste, es preciosa: trata la relación entre una señora mayor, Teresa, la costurera del pueblo, con Samir, frutero, de origen paquistaní, quién le ha hecho una propuesta. Además, el director –Sergi Miralles, junto a su esposa, Mila Luengo– “han escrito este papel en exclusiva para mí, una cosa que es inigualable”.
Con Miralles ya había trabajado previamente, en concreto a ‘La forastera’, serie de À Punt. La historia que relata ‘La abuela y el forastero’ se centra en la xenofobia que “todos tenemos, a pesar de que digamos que no, porque en España hay muchísima, sobre todo en los pueblos pequeños”.
Finalmente, Neus muestra un amor infinito hacia Alcoy, donde siempre ha vivido. “Cómo decía Ovidi, el nuestro es un pueblo que es un valle, rodeado de montañas y aunque estemos incomunicados, lo quiero, que no me lo tocan”, concluye.