Sin estrategia no hay futuro: ¿Quo vadis Alcoy?

En Alcoy Industrial nos preocupa el futuro de nuestra Ciudad, y no conocemos ninguna propuesta estratégica sobre el mismo. Por ello, en éste y sucesivos artículos, intentaremos modestamente plantear y desarrollar una propuesta concreta, abierta al debate de todos los integrantes de la sociedad civil y política alcoyana. Así el lector podrá, además, comprender las razones de una serie de actividades que nuestra Asociación viene desarrollando, en solitario o trabajando con otras instituciones. Nuestra activa colaboración en la organización de los Ciclos de Conferencias “Alcoy, Mirando al Futuro”, propiciadas por el Círculo Industrial de Alcoy, entidad asociada nuestra, es un buen ejemplo de ello.

El lúcido y centenario Premio Nobel, Henry Kissinger, afirmaba, en su última entrevista para The Economist: «Estados Unidos necesita con urgencia un pensamiento estratégico a largo plazo. Ese es nuestro gran reto, y debemos resolverlo. Si no lo hacemos, las predicciones acerca de nuestro fracaso se cumplirán». Y esta sabia afirmación es tan aplicable a los EEUU como a Europa, a España, al Histórico Reino de Valencia, a las Comarcas Centrales Industriales Valencianas y a nuestra querida Ciudad de Alcoy. En toda su extensión, desde la primera a la última palabra, incluyendo “fracaso”.

Con el actual exceso de información, y de desinformación, asistimos a una fragmentación de la realidad que nos aturde, nos distrae y no nos permite centrarnos en lo importante, ya que todo parece ser urgente. Nunca ha sido más cierto el viejo refrán de que “los árboles no dejan ver el bosque”. Triunfa el Carpe Diem, el “aquí te pillo, aquí te mato”, el “vivir al día”, ante la creciente opinión pesimista de que “no en hi ha res a fer”. Resultado, en gran parte, de haber comprado el nefasto mensaje de la partitocracia española, en general, y de la alcoyana, en particular: “tú vótame y no te preocupes”. Los que peinamos canas sabemos, por experiencia, que cuando uno escucha el “no te preocupes” es, precisamente, cuando debe empezar a preocuparse. Y esto es lo que está pasando. Y es imprescindible la intervención de la sociedad civil para corregirlo.

Hay un abismo entre el navegar según sopla el viento, el “ya vorem a on arribem”, y el trazar la derrota que lleve la nave al puerto elegido. Si navegas sin rumbo no te puedes quejar de a donde has llegado, aunque te hayas estrellado contra las rocas. De ahí la importancia de establecer una meta, diseñar una estrategia para conseguirla y articular un compromiso social para lograrla. Cuando Alcoy era una de las ciudades más importantes de España, la tenía: ser una gran ciudad industrial. Y todos sus habitantes – trabajadores, empresarios y políticos – se esforzaban por hacerlo realidad. Pero vino la debacle de nuestra industria manufacturera, entre 1975 y 1990 y, desde entonces, la nave alcoyana navega sin rumbo.

Los alcoyanos necesitamos detener el barco y reflexionar sobre “qué queremos ser de mayores”. Es decir de qué van a vivir y cómo van a hacerlo, al menos, nuestras dos próximas generaciones. Apartar el trigo de la paja y centrarnos en debates de una importancia intelectual superior a las simples polémicas del carril-bici o de la peatonalización del Centro de la Ciudad. Por muy mediáticos y representativos que sean estos dos ejemplos del gran bosque de la Agenda 2030. Si nos dejamos arrastrar por el “día a día”, sin rumbo estratégico, nos va a pasar – nos está pasando – como a los tontos conejos de la fábula de Samaniego que se entretenían en discutir si los perros que iban a cazarlos “eran galgos o podencos”, indiferentes al peligro que se cernía sobre ellos.

Y los medios de comunicación locales y comarcales no ayudan mucho a elevar el tono del debate, al cebarse sus noticias y entrevistas – la inmediatez de la audiencia manda – en el morbo de las rencillas políticas y en los dislates del iluminado de turno, que así tiene el minuto de oro de su vida, frente a la necesidad de un sosegado debate estratégico que ayude a crear criterios de hacia dónde puede y debe orientarse el futuro de Alcoy y, por extensión, el de estas comarcas.

Debate que, en modo alguno, puede ni debe quedar sólo en manos de los políticos, ya que es un tema que nos concierne a todos. Aparte de que han demostrado sobradamente que, inmersos en la crispación reinante por doquier, no son capaces de llegar no ya a pactos útiles, si no a meros “consensos de estado” sobre el camino a seguir. Lo que no quiere decir que los responsables políticos deben quedar al margen del mismo: deben participar en él, como las piezas importantes del tablero de ajedrez que son, pero no como los únicos agentes decisorios.

Una meta debe estar condensada en una simple frase. Y la estrategia, es decir, el plan de acción a realizar para alcanzarla, debe caber en un folio. Y tanto la meta como el plan deben ser realistas, posibilistas y no voluntaristas. Las estrategias de éxito, las que permiten alcanzar las metas señaladas, siempre están basadas en los recursos que se poseen y no en las voluntades de los que las redactan. Es decir, se definen en base a lo que “podemos hacer” y no sobre lo que “queremos hacer”. Que este fue el gran error que cometimos con el último intento conocido de formulación de una estrategia para Alcoy: las Jornadas “Alcoy Horizonte 2000”, que organizó y financió la CAM, en 1985, y cuyos “desiderátum” quedaron plasmados en el Libro de Actas editado con el mismo título, con el desarrollo de las diferentes ponencias y conclusiones.

En unas recientes declaraciones de Pepe Serna, presidente de ATEVAL y del Intertextil de España, declaraba que el sector textil español sería inviable sin la exportación que realizan sus empresas, por lo que, como responsable del Sector Textil, debía seguir peleando por mantenerla y ampliarla. Todo un ejemplo de formulación estratégica, breve, clara y concisa.

Con el compromiso de, primero, justificarla y, posteriormente, en sucesivos artículos, desarrollar un plan para alcanzarla, pongo sobre la mesa pública de debate la siguiente propuesta como Meta para nuestra Ciudad y su área de influencia:

El futuro de Alcoy pasa por la vertebración del eje industrial de las Comarcas Centrales Valencianas.

Buscando la articulación con el resto de las áreas económicas de la Comunidad Valenciana, y propiciando la implantación de las necesarias infraestructuras y de los servicios avanzados de primer nivel que precisan los 400.000 habitantes de las CCIV.

Puede que al lector le parezca, de entrada, una mera declaración de intenciones. En los futuros escritos hablaremos de los proyectos y acciones prácticas para conseguir que la meta se alcance. Y de las justificaciones en las que se sustenta tan ambicioso objetivo.

ENRIQUE MASIÁ BUADES. Presidente de Alcoy Industrial

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