Laura Casabuena: La niña que tuvo un sueño y lo hizo realidad
Después de conseguir la plaza olímpica en Doha, la gimnasta alcoyana afronta esta semana el Europeo de Rimini (Italia)
Nada hacía presagiar que aquel gesto sin importancia de ponerse delante del televisor de casa junto a su padre para ver una competición de gimnasia artística de unos Juegos Olímpicos iba a marcar tanto la vida de aquella niña, que doce años después, acaba de hacer historia para el deporte alcoyano y quien sabe si también para el deporte español, puesto que en poco más de un par de años se ha convertido en la gran sensación de la artística española, donde no deja de romper barreras, la última, clasificarse para los Juegos de París de este verano con apenas 18 años, cuando todos pensaban que su verdadero ciclo olímpico iba a ser el próximo, el que terminará en Los Ángeles 2028.
Por edad estaba llamada a liderar el futuro de su deporte, pero ya nadie duda de que Laura Casabuena representa el presente más rabioso tras la determinación exhibida en estos dos últimos meses. Ha sido un maratón con estaciones en El Cairo (Egipto), Cottbus (Alemania), Bakú (Azerbaiyán) y Doha (Catar), que han terminado de encumbrar a la alcoyana. Un esfuerzo físico titánico, pero sobre todo un ejercicio mental abrumador. Laura Casabuena no se hubiera perdonado haber dejado pasar esta oportunidad tras quedarse fuera de los Juegos de París en el Mundial de Amberes (Bélgica) de octubre pasado.
El reto era mayúsculo y pasaba principalmente por alcanzar una de las dos plazas que habían para aquellas gimnastas de un país que no estuviera clasificado como equipo para los Juegos. El buen resultado obtenido en la primera de las cuatro Copas del Mundo celebrada en febrero pasado en El Cairo, donde la alcoyana logró subirse al tercer escalón del podio en suelo, hizo ver a la alcoyana que estaba en el buen camino. Sin embargo, en las dos siguientes citas, celebradas en Cottbus y Bakú, no pudo repetir medalla. Eso sí, en Alemania firmó dos finales y otra en Azerbaiyán, convirtiendo la competición de Doha en un auténtico cara o cruz.
Afortunadamente salió cara, pero pudo salir cruz y tener que jugárselo todo a una carta en el Europeo de la próxima semana en Rimini (Italia). Así podrá disfrutar de una competición en la que en la pasada edición, celebrada en Antalaya (Turquia), terminó décima en el All Around.
Además, Laura Casabuena consiguió el billete olímpico a la primera. La alcoyana certificó la clasificación en la final de barra de equilibrios con susto incluido. La alcoyana, con un ejercicio de una alta carga de dificultad, se cayó en la salida para luego clavar el resto de movimientos que le valieron el quinto puesto, suficiente para llevarse la gran alegría de su vida. Con poco tiempo para las emociones, le esperaba la segunda final de la tarde, ahora ya totalmente liberada de responsabilidades.
Laura Casabuena volvió a clavar su ejercicio, consiguiendo la tercera mejor puntuación en suelo (13.233), que le valieron para colgarse la medalla de bronce y poner así broche de oro a una Copa de Mundo que no olvidará.
A miles de kilómetros de Doha, la capital de Catar, se vivió con mucha angustia esta clasificación. Los efectos de los inhibidores de señales por con la Entrada de Moros y Cristianos hizo que apenas se tuviera información del desarrollo de la competición. No fue hasta después de terminar el ejercicio de barra, cuando la propia Laura Casabuena informó de su resultado en el grupo de wastsapp de la familia. El progenitor, que no paraba de buscar información a través del móvil, no pudo evitar emocionarse y derramar unas lágrimas de alegría vestido de “gusmà” al conocer la clasificación.
Poco después comenzaba otro maratón, pero de kilómetros, puesto que el coche familiar salía a toda velocidad en dirección a Madrid para tratar de llegar a tiempo a recibir en el aeropuerto a la expedición española, que con todo preparado, fue terminar la Copa del Mundo y subirse de inmediato a un avión que les llevaba de regreso a España.
El vuelo aterrizó casi de medianoche, con el tiempo justo para departir con ella unos pocos minutos, los justos para abrazarla y hacerse unas fotos, porque la expedición española se fue de inmediato a las instalaciones del CAR, donde Laura Casasempere cumple su tercer año como gimnasta becada. Esa misma noche, su familia emprendió viaje de regreso, con el tiempo justo para descansar unas pocas horas y ponerse al día siguiente otra vez el traje de “gusmà”.
Si ha habido una persona clave en todo este proceso que ha llevado a Laura Casabuena a ser gimnasta olímpica ese es su padre Óscar. Fue su confidente aquel día que sentados juntos en el sofá de casa quedó prendada viendo la competición de gimnasia artística de los Juegos de Londres 2012 con apenas 6 años. Pocas fechas después, su progenitor recuperaba una amistad del colegio para hablar con Tavi Fuentes. El hijo del mítico Octavio Fuentes, toda una institución del deporte de nuestra ciudad y padre de la gimnasia artística alcoyana, se convirtió a partir de aquel día en el mentor que guió la carrera de Laura Casabuena hasta que la Federación Española de Gimnasia decidió incluirla en su programa de tecnificación.
Confiesa Laura Casabuena que primero le dio por reir y luego por llorar. “Me emocioné mucho”, recuerda la alcoyana. “Al principio pensaba que no estaba clasificada, pero fue la entrenadora de Ucrania quien vino a darnos la enhorabuena. No supe cómo reaccionar. Fue algo increíble. Luego, ya sin presión, hice un buen ejercicio de suelo. Era mi sueño y lo he conseguido hacer realidad. Me he quitado un gran peso de encima”, explica al recordar aquellos momentos posteriores a su clasificación.
Admite que han sido dos meses “muy duros” pero que “han valido la pena”. “Sabía que estaba difícil, que iba a estar muy complicado, pero nunca perdí la esperanza y confié mucho en mis posibilidades. Siempre creí que lo podía conseguir”, desvela. Apenas unos días después de bajarse de un avión que le trajo de vuelta de Doha, se subió ayer a otro que le trasladó hasta Rimini, donde a finales de semana se disputa el Europeo. “Quiero disfrutarlo, ya sin presión, aunque voy a por todas. Me gustaría alcanzar alguna final y me hace especial ilusión hacer una buena competición por equipos”.
La alcoyana asegura que no quiere adelantar acontecimientos y pensar en París. “Quiero seguir igual, pensando en el día a día, y ya tendré tiempo para imaginarme mi participación en los Juegos”, competición para la que tiene previsto algunas novedades, especialmente en suelo, donde estrenará una rítmica nueva.