Una segunda oportunidad en el Caribe
El ciclista alcoyano Pol Hervás se marcha a correr a la isla francesa de Guadalupe tras fichar por el equipo local del Team Madras Cycling
Los destinos exóticos no es un patrimonio exclusivo de deportes como el fútbol, que muchos aprovechan el ocaso de sus carreras para seguir jugando en ligas menos exigentes y de paso engordar su cuenta bancaria con suculentos contratos. En ciclismo también existen y es el camino que ha elegido un alcoyano, de nombre Pol Hervás para más señas, quien cambiará su habitual residencia en Muro por la paradisiaca isla de Guadalupe, en pleno mar Caribe, entre Barbados y la República Dominicana, donde pasará los próximos seis meses, con una breve interrupción a finales de mayo.
La propuesta para marcharse a este increíble destino turístico que forma parte de Francia como región de ultramar le llegó hace unas pocas semanas, en pleno debate existencial sobre su futuro dentro del ciclismo, después de un exitoso 2023, posiblemente su mejor año dentro del pelotón amateur, que, sin embargo, no le ha dado para conseguir un mejor contrato o dar el salto al profesionalismo, algo que ya tiene aparcado de manera clara. “Es muy complicado si no estás en un equipo filial. Las oportunidades escasean y no quiero hacerme ilusiones”, confiesa Pol Hervás, quien reconoce que de no haber aparecido esta propuesta ahora estaría buscando trabajo o planteándose unos estudios como una salida de futuro.
“Me llegó estando de vacaciones. Cuando las empecé me dije a mi mismo que si no me salía nada interesante, la idea era comenzar a tomarme el futuro de otra manera. Esto no va a durar toda la vida y en algún momento habré de tomar una decisión. Mira por dónde, recibí una llamada y enseguida me ilusioné”, reconoce el ciclista.
La llamada era del Team Madras Cycling, uno de los equipos importantes de aquella zona del Caribe. “No es lo común, lo normal es quedarte en España o en Europa, pero hablaron conmigo, me interesó su oferta, además se preocupan de todo en el tiempo que estaré allí y me lo tomo como una oportunidad. Nunca se sabe. Es algo totalmente diferente a lo que estoy acostumbrado y para mí es un reto”, ha confesado.
Está previsto que la semana que viene haga las maletas y no vuelva hasta finales de mayo. Después de unos días en casa, regresará a la isla de Guadalupe para completar la parte más importante del calendario en aquella zona, que es el Tour de Guadalupe, que se disputa en agosto y consta de un prólogo y nueve etapas. Al ser una región más de Francia son muchos los ciclistas de esta nacionalidad que han ganado la carrera en sus 75 años de historia, ya que empezó a disputarse en 1948. En los últimos años se han sumado al palmarés varios ciclistas sudamericanos, principalmente colombianos, siendo los exprofesionales Antonio Pedrero y Paco Mancebo los únicos españoles que han conseguido el triunfo final en el Tour de Guadalupe.
“Me dijeron que si conocía a alguien que quisiera también ir. Hasta donde yo sé, seré el único español del equipo. Tengo entendido que el Team Madras es uno de los más importantes a nivel local. Me han pedido que aporte esa punta de velocidad que tengo”, admite.
En este primer bloque, tratará de adaptarse a la forma de correr. Después buscará devolver la confianza que han depositado en él. “Voy con la intención de disfrutar esta oportunidad. Luego ya se verá lo que hago. Ahora mismo estoy corto de forma y espero mejorar con el paso de los días. Estoy muy ilusionado y es una experiencia que quiero aprovechar. Creo que las primeras carreras voy a empezar a disputarlas nada más llegar a Guadalupe. Tendré que aprender rápido a hablar francés”, apuntó.
Final de temporada.
El alcoyano, que tiene 25 años, completó la temporada pasada su mejor curso dentro del pelotón amateur. Logró ganar cinco carreras –primera etapa de la Vuelta a Zamora, el GP Tetuán de Madrid, la Clásica Logroño-La Rioja, el Torneo Santa Quiteria de Higueruela y el Trofeo Olías Industrial–, además de conseguir varios puestos entre los tres primeros y bastantes Top 10 que le valieron para terminar en un lugar destacado del ránking de la Federación Española de Ciclismo. Solo unas inoportunas anginas, que le obligaron a ingresar en un hospital, le amargaron el final de temporada.
Nacido en Alcoy y de padres alcoyanos, siendo muy pequeño se tuvo que ir a vivir a Cataluña por cuestiones laborales de su progenidor, fijando su residencia en Gavà, en la que pasó su niñez y la adolescencia. Fue en el Club Ciclista Sant Boi donde empezó a competir con apenas 10 años. Su carrera tuvo un importante impulso cuando fichó por el equipo sub’23 del Caja Rural. Fueron dos años en los que saboreó sus primeras victorias. Después pasó por otros dos equipos catalanes y hace dos años sus padres decidieron regresar a nuestra ciudad, fijando su residencia en Muro, lo que le permitió fichar por la Fundación Benicadell. Ahora espera darse una segunda oportunidad a miles de kilómetros de casa antes de decidir si sigue o definitivamente cuelga la bicicleta para empezar a definir su futuro alejado de la carretera.