Rubén Mengual, embajador mundial ecuestre

Forma parte del Glock Horse de Austria y ha disputado dos Europeos y debutó en el Mundial de este año con España

Rubén Mengual, un joven contestano de 23 años, ha llevado el nombre de su ciudad natal a lo más alto de la escena ecuestre internacional. Su viaje desde las tradicionales fiestas de Moros y Cristianos en su infancia hasta competir en los campeonatos de Europa y del Mundo son una historia de pasión y dedicación a lo que más le gusta: montar a caballo. La historia de Rubén se remonta a sus primeros recuerdos de admiración por los caballos que desfilaban en las fiestas locales. “De pequeño veía los caballos en Moros y Cristianos y fue ahí cuando empezaron a gustarme. Siempre quería ir a verlos, entonces mis padres y mis tíos me llevaron a Equitación Peluca y ahí empecé a aprender”, comparte Rubén, recordando sus primeros pasos en el mundo de la equitación.

Mengual se subió por primera vez a los lomos de un caballo cuando apenas tenía cinco años y, desde aquel momento, prácticamente no ha se ha bajado. Lo que él denomina como la equitación clásica se asemeja a la gimnasia rítmica con el caballo, pero la atracción que sintió fue tan intensa que, a la edad de doce años, recibió como regalo de cumpleaños la oportunidad de realizar un curso con la seleccionadora valenciana de aquel entonces. Con esa edad, comenzó a competir en España, y desde muy joven tuvo claro que su futuro tenía que estar ligado al mundo de los caballos. “No tuve ningún momento en el que decidiera dedicarme; siempre ha sido mi sueño desde que era pequeño”, explica.

Hace casi siete años, el jinete tomó una de las decisiones más importantes en su trayectoria deportiva: dejar atrás su tierra natal y buscar oportunidades en el extranjero. Con el objetivo de perfeccionar su técnica, se dirigió al corazón de Europa, específicamente a Holanda, Alemania y Dinamarca, donde la equitación alcanza su máxima expresión y donde acuden los mejores del mundo para entrenar y competir. “Siempre quería estar donde están los mejores y tenía claro que tarde o temprano tenía que venirme aquí. Por eso me fui”, explica el contestano. “Fuera de España hay mucha cultura, es como el fútbol en aquí. A mucha gente le gusta este deporte y hay gente de todas las edades”, admite Mengual, quien ha forjado innumerables amistades internacionales.

Rubén forma parte de la Glock Horse Performance Center, lo que considera “un sueño hecho realidad”. Este centro ecuestre está ubicado en Austria y es reconocido por ser una cuadra de élite que ofrece instalaciones de primer nivel para la cría, entrenamiento y competición de caballos de alto rendimiento. Formar parte de este equipo es considerado un logro significativo para cualquier jinete, ya que implica la oportunidad de trabajar con algunos de los mejores profesionales y entrenadores a nivel mundial. El jinete de Cocentaina, cada día trabaja por ser mejor y, por ello, lo dedica prácticamente al completo a entrenar. En una jornada normal, Rubén se levanta a las 6:30 h de la mañana, comienza a entrenar de 7:30h hasta las 17:00h, con una hora de pausa para comer, y luego se dirige al gimnasio.

Desde su llegada a la cuna de la equitación europea, Rubén ha acumulado logros que han cimentado su posición en la élite del deporte ecuestre. Entre los momentos más destacados, recuerda su participación en los campeonatos de Europa en 2020 y 2022, donde representó a España. “En el 2020 tuve la suerte de pasar a la final del europeo y este año he llegado al Campeonato del Mundo. Eso sí que ha sido un gran sueño”, afirma Rubén.

Además de los campeonatos internacionales, el jinete ha cosechado victorias en competiciones nacionales, incluyendo la Copa del Rey y el Campeonato de España. Aunque si tuviese que destacar los logros que más le han marcado serían dos campeonatos de Europa y el sexto puesto en el campeonato del mundo. Como en cualquier deporte, la equitación no está exenta de lesiones. Tanto Rubén como sus caballos han sufrido alguna que otra, pero agradece que, hasta ahora, no hayan sido de gravedad.

Lo que distingue a la equitación, según el contestano, es la conexión única entre el jinete y el caballo. “Lo que más me gusta es la palabra binomio entre caballo y jinete, porque no es un deporte que practicas con una raqueta o un balón, sino que con un animal. Tienes que hacer un match, tener conexión con el caballo, y esa es la parte que más me gusta, además de la más difícil”, explica. A pesar de su éxito en el extranjero, Rubén no olvida sus raíces en España. Aunque no tiene planes inmediatos de regresar, confiesa: “No tengo pensado volver a España, pero me encanta mi país y siempre que tengo vacaciones vuelvo”.

La mirada de Rubén está puesta en los Juegos Olímpicos, una de las metas más altas para cualquier deportista. “Claro que me gustaría llegar, pero no me pongo presión para llegar, sino que entreno y el tiempo lo dirá”, concluye. Mientras tanto el joven jinete de Cocentaina continúa dibujando su camino en el mundo de la equitación, representando a España en la escena mundial.

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