El no olvido

¿Yaya yo quién soy? Pues la niña, quien vas a ser.

Una respuesta que hace 20 años hasta me parecía graciosa al preguntarle a mi abuela materna cuando yo apenas podía contar mi edad con los dedos de mis manos.

El caso es que éramos muchas ‘niñas’ y ese término servía para mí, para cualquiera de mis primas, mis tías o incluso mi madre. Y lo mismo ocurría con los ‘niños’.

Unas palabras dichas con un deje andaluz único que, salidas de la boca de mi abuela, resuenan en mi cabeza cada vez que ella asoma en mi cabeza, porque de momento, el paso de estos años no ha impedido que yo recuerde cuando la tenía conmigo, y sonría.

Ahora, agradezco recordar esa situación con ese sentimiento y no con la tremenda pena que supone que un ser querido padezca Alzheimer.

El pasado 21 de septiembre se conmemoró el Día Mundial del Alzheimer y durante todos estos días está habiendo en Alcoy y en la comarca diversas actividades y actos para seguir concienciando sobre esta enfermedad y continuar reivindicando la mejora de la calidad de vida de los enfermos mediante la innovación, en una labor más que necesaria por parte de muchas personas implicadas.

De nuevo, la investigación es primordial, al igual que ocurre en innumerables enfermedades.

Por desgracia, tienen que pasar unos cuantos años para que se tome cierta conciencia sobre una enfermedad y que se cuente con la implicación generalizada de instituciones, asociaciones y administraciones.

Por desgracia, siguen siendo muchas las patologías que no tienen un ‘respaldo’ detrás para que dentro de X años se pudiese hablar de X porcentaje de salvación o de X porcentaje de éxito de alguna terapia o tratamiento.

Hace pocos meses supe que se estaban detectando en esta zona casos de Alzheimer en personas cada vez más jóvenes que han requerido acudir a algún centro, cambiando una tónica que marcaba que esta enfermedad ‘correspondía’ a personas de más avanzada edad.

Y es que en nuestra cabeza sigue estando, creo que también un poco a modo de defensa propia, que la salud solo empeora cuando van pasando los años, o que incluso la muerte solo puede llegar cuando ya has soplado determinadas velas de cumpleaños.

Está a la orden del día, por desgracia, conocer casos y casos que contradicen esa ‘teoría’, y que nos dan el toque para no olvidarnos de vivir y de recordar, mientras que podamos.

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