El baloncesto como pasión familiar

Javi y Abel Sempere, padre e hijo, firman un doblete con el Nirvel y se proclaman campeones de Liga y Copa en la liga local

S i hay una coincidencia que parece repetirse de generación en generación y que no está tan extendida en otras competiciones locales como es ver juntos a padres e hijos, incluso con otros parentescos familiares jugando en el mismo equipo en la liga de baloncesto. Es el caso de Javi y Abel Sempere, además con una connotación especial, que ambos acaban de proclamarse campeones de Liga y Copa con el Nirvel Profesional (ahora hay que sumar el título en la Supercopa durante el Esport en 3D), firmando así un doblete que no es una novedad en esta competición local, puesto que existe un precedente anterior, el que lograron en la temporada 2017/18 Diego y Mauro Fernández con el Vedruna ANTN Albaida, en una plantilla en la que también estaba el tío, Javi Fernández.

En el caso de los Sempere, se añade otra connotación más, que el padre, Javi, es uno de los jugadores históricos de esta liga, con más de tres décadas calzándose unas zapatillas, que le hace ser toda una institución de este deporte en nuestra ciudad. Javi Sempere, que ha vivido su temporada más especial a los 55 años, fue uno de los integrantes de aquel mítico Arnauda, que tuvo como entrenadores a Abel Cortes, Miguel Gutiérrez “Guti” y Gabi Sempere, formando una de las mejores generaciones que ha dado el baloncesto alcoyano. Aquel equipo llegó a militar en Tercera División y contaba en sus filas con jugadores como Ricardo Pons, Juanjo, los hermanos Peidro, Camilo Blanes o Modesto Sempere, por citar solo algunos, con Germán Cremades como presidente del club.

Sin embargo, con 22 años decidió dejar el baloncesto federado para irse a jugar en la liga local, donde sigue celebrando canasta, con uno de los mejores tiros a media distancia de la competición. En más de tres décadas ha pasado por un gran puñado de equipos, algunos en sus distintas denominaciones por motivos de patrocinador, siendo en cuatro ocasiones campeón de liga: dos con el APAS y una con el Panadería Sofía y hace un par de semanas, con el Nirvel Professional.

“Es el título que más he saboreado, no solo por el hecho de la edad que tengo, porque llegar hasta aquí con 55 años es una gran satisfacción, pero más por haberlo hecho al lado de mi hijo”, confiesa Javi Sempere, quien asegura sentirse muy bien físicamente, como demuestra que en el pasado Trofeu Filaes llegó a la final de baloncesto y fue semifinalista en pádel con la camiseta de los Benimerines.

Echando la vista atrás, piensa que terminó siendo productivo aquella rutina que repetía todas semanas de llevarse a sus dos hijos a los partidos cuando eran pequeños. “Cada semana le tocaba a uno, en una era mi hijo quien venía conmigo y a la siguiente,mi hija. Los sentaba en el banquillo, quería tenerlos cerca”, recuerda. Abel, que ahora tiene 20 años, tardó en tener claro que quería jugar al baloncesto. Empezó en el fútbol con los compañeros de clase, luego hizo sus pinitos con el baloncesto pasando por el NB Alcoi y el Muro, pero su verdadera pasión y el deporte que sigue priorizando es el ajedrez.

“Si tengo que elegir entre baloncesto y ajedrez, elijo lo segundo”, asegura. La verdad es que no le ha ido nada mal. Empezó a destacar desde bien pequeño y han sido varios los Campeonatos de España que ha disputado, desde la categoría Sub’12 hasta la Sub’18. En Sub’14 llegó a conseguir un tercer puesto en la fase autonómica de Jocs Esportius. Tiene una puntuación ELO de 1970 puntos que le acercan bastante a los 2200 con los que conseguiría una titulación de Maestro FIDE, si bien es algo que ahora mismo no se plantea, prefiere tomarse el ajedrez desde otra perspectiva. “Dentro del ajedrez amateur tengo un buen nivel. Ser Maestro FIDE requiere dedicar mucho tiempo y una presión muy grande en cada torneo que disputas. Quiero tomarme el ajedrez de una manera más tranquila y tener satisfacciones como la que tuve hace un par de años, cuando quedé segundo en el Benidorm Chess Open, un torneo internacional amateur con una importante dotación económica, en el que no me esperaba llegar tan lejos”, confiesa Abel Sempere, que hace un par de semanas fue el capitán del equipo A del Club Ajedrez Alcoy que se proclamó campeón de la Copa Federación.

Precisamente el baloncesto le da esas satisfacciones que el ajedrez en otros momentos no le daba. “Es diferente, el baloncesto te permite jugar cada semana. Lo de jugar y luego irte a desayunar o comer con el equipo es algo que me encanta, disfruto mucho estar con los compañeros de equipo y poder charlar de cualquier cosa”, reflexiona. Cuenta Javi Sempere que ha puesto fecha de caducidad a seguir en activo. Asegura que el doblete y el hecho de haber conseguido los dos títulos compartiendo pista con su hijo es la mejor excusa para colgar definitivamente las botas y dejar el baloncesto después de más de cuatro décadas pisando una cancha casi a diario. Confiesa que sus rodillas le piden una tregua tras tanta tralla.
Abel cree que lo dice con la boca pequeña y que no cumplirá su palabra. “Lo siente demasiado. Le pone unas ganas tremendas. Tiene el mismo hambre dentro de la pista que alguien con treinta años menos que él”, subraya. Su padre le devuelve el elogio. “Para mí ha sido una satisfacción brutal haber podido vivir esta experiencia. No sé lo que pasará en el futuro, pero era una satisfacción enorme en un ataque poderle dar el pase a mi hijo para que hiciera canasta. Como padre me ha llenado de orgullo. Además, es un chaval que vale mucho la pena. Ha sabido integrarse muy bien en el equipo. Ha sido muy cumplidor toda la temporada”, concluye.

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