Alejandro Mata se hace profesional en Italia

El atacante alcoyano deja el SB Ontinyent para fichar esta temporada por Ghivizzano de la Serie D italiana, la equivalente a la Segunda RFEF

Muchas veces una simple conversación de sueños y anhelos, puede cambiar una vida. Es lo que le sucedió en abril pasado, un mes que nunca olvidará Alejandro Mata, canterano del Alcoyano, hermano del bailarín Aarón Mata e hijo de Quico, a quien muchos aficionados blanquiazules recordarán de formar junto a Ramón y Gómez Mulas una de las delanteras más recordadas en el Collao.

Hablando con Franco Signorelli, italovenezolano, internacional por La Vinotinto, como popularmente se le conoce a la selección de fútbol de Venezuela, con un par de negocios hosteleros en nuestra ciudad y que como jugador ha hecho carrera en Italia, llegando a debutar en la Serie A, le hizo sabe su deseo de ser profesional fuera de España.

Alejandro Mata venía de jugar un par de temporadas en el SB Ontinyent, el antiguo San Rafael, con el que había logrado el ascenso a Preferente. Tras pasar por todas las categorías formativas del Alcoyano, llegó a hacer una pretemporada con el primer equipo a las órdenes de Aparicio. El club optó por cederle al Rayo Ibense en Tercera División, pero no llegó a cuajar y a mitad de curso se fue al Benigànim de Preferente.

Después jugó dos temporadas en el Muro, fichó por el Villamarxant en Tercera y tampoco fue bien la cosa, terminando esa campaña, la de la pandemia, en el SB Ontinyent: “Le hablé a Franco si había posibilidad de irme con él a Italia. Fue un comentario y ahí quedó la cosa. Pasaron las semanas y un día me pregunta si tengo vídeos míos jugando, que conoce un entrenador que podría estar interesado. Mi pareja se encargó de la edición y envié el vídeo. A la semana me llaman y me comentan que quieren verme en pretemporada. No me lo pienso dos veces y hago coincidir mis vacaciones con entrenar en Italia”, recuerda.

Llega el momento de regresar y Alejandro Mata rechaza la primera oferta para quedarse: “Ese sábado viene mi familia a recogerme al aeropuerto y al ver a mi padre me pongo a llorar como un niño. Le digo que he rechazado la oportunidad de mi vida de ser profesional”. Esa misma tarde, le vuelven a llamar de Italia para confirmarle que aceptan sus condiciones y quieren ficharle: “Hablo con el SB Ontinyent y la empresa textil donde Ontinyent y no me ponen problemas. Estaba ante una situación difícil pero sabía que si rechazaba la oferta me iba a arrepentir toda la vida. Mi padre, que tuvo que abandonar muy joven su A Coruña natal para ser profesional del fútbol, es el primero que me anima a aceptarla”, admite.

Así fue como en septiembre pasado llegó al Ghivizzano Borgo de la Serie D italiana, la cuarta categoría de aquel fútbol, el equivalente a la Segunda RFEF en España. Borgo es una pequeña población de apenas 7.000 habitantes dentro de la Toscana que vive el fútbol de forma muy apasionada: “No había vivido algo así. Aquí el fútbol se vive de manera muy intensa. Cada equipo suele arrastrar muchos aficionados detrás, algunos hasta 700 u 800 seguidores. Nuestro campo es parecido a El Clariano, con esa grada central, pero en la competición hay algunos de nueve y diez mil espectadores. El siguiente paso en Italia es la Serie C, donde el jugador está considerado como deportista de élite”, esgrime.

Alejandro Mata dice estar encantado con la experiencia. “No solo estoy conociendo otro estilo de vida, también otro fútbol. La liga de aquí no tiene nada que ver con lo que estaba acostumbrado en España. Es un fútbol más físico, pero sobre todo tremendamente táctico. Aquí no se deja nada a la improvisación. Todo está trabajado. Sales al campo y sabes lo que te puedes encontrar. Tiene su parte buena, pero también su lado negativo porque el rival lo conoce todo de ti. Se deja poco a la improvisación”, admite.

Son nueve las jornadas que se llevan de la Serie D y el Ghivizzano Borgo ocupa la decimotercera posición. De acabar aquí la temporada disputaría los play-off de permanencia y evitaría así el descenso directo. “El objetivo es la permanencia. La categoría no es fácil, hay equipos muy contrastados con jugadores de gran experiencia, mientras que nosotros tenemos una plantilla muy joven. Hacemos un fútbol muy vistoso, incluso los rivales nos felicitan”, asegura el alcoyano, que salvo un partido que no jugó de inicio por unas molestias musculares, el resto fue titular en todos.
El técnico suele hacerle jugar en banda o por detrás del delantero de referencia: “Solemos jugar un 4-3-3 y de momento estoy contento de cómo me están saliendo las cosas. Me han acogido muy bien en el grupo. He dado alguna asistencia y solo me falta marcar. De momento hemos jugador con el Arezzo y el Livorno, que son los dos grandes de la competición, y no nos han ganado”, asegura con orgullo.

Alejandro Mata tiene previsto venir un par de días en Navidad y otro par en Fin de Año. En Italia aunque no se juegue el equipo sigue entrenando. “Estoy viviendo esta experiencia con mucha intensidad. No sé lo que me deparará el futuro. En fútbol sabes cómo empiezas pero no cómo vas a terminar, de ahí que trato de aprovechar cada segundo para adaptarme y mejorar. Si el año que viene sigo aquí, estaré encantado, pero si tengo que volver a casa no pasará absolutamente nada. Quería vivir la experiencia de ser jugador profesional y en Italia lo estoy consiguiendo. Es lo que siempre quise y en mi casa han sido los primeros en animarme a marcharme”, explica sin olvidar la figura de su padre: “Él arriesgó y fue feliz”, comenta de Quico, que con 23 años fichó por la Cultural, entre las dos etapas en el Alcoyano jugó un año en el Villarreal y después pasó por el Badajoz, Barbastro, Olímpic y Plasencia.

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