La margarita de Francés
Se deja querer pero no por mimoso sino porque el calendario así lo aconseja. Un 11 de agosto no parece la fecha ideal, después de que Madrid bendijera la continuidad de los alcaldes como candidatos en las poblaciones de más de 20.000 habitantes, para una fiesta electoral con rosas, himnos y besos al aire. Y más cuando no se pueden rebajar los 27 grados ambientales. Ya habrá tiempo para sudar a chorros la noche del 23 de mayo de 2023. La proclamación de la candidatura de Toni Francés será en septiembre y quizá en el marco de una gran fiesta socialista que se está preparando, de reencuentro con el pasado del partido, y que incluirá el estreno de una nueva sede, con menos mármol aunque en el mismo centro y en calle peatonalizada.
Que Toni Francés repite como candidato parece una obviedad. Si el PSOE alcoyano pensase en unas primarias sin Toni Francés, ya estarían todos los afiladores de navajas, sables, espadas, guadañas y armas blancas haciendo horas extraordinarias. Y después de que Madrid haya dado el visto bueno a que repita no parece lógico que Francés le haga un feo a Pedro Sánchez. De todas maneras, el argumento más claro, por simple, sobre la continuidad de Toni Francés como candidato a la alcaldía esté en algo tan sencillo como que el PSOE alcoyano no tiene, ni espera, un mirlo blanco que le vaya a sacar del susto de un posible cambio de ciclo, que podría estar engordando la contundencia de los ataques y actuaciones del PP de Quique Ruiz –que debería medir a qué distancia está la línea de la saturación– y condimentando la ruidosa oposición a la peatonalización.
La margarita de Toni Francés ya está deshojada. Pero el cambio climático, es cierto, está haciendo estragos y este mes de agosto tenemos suficiente calor para que se alteren muchas neuronas. Incluso para que se derritan, con la margarita incluida.
Ramón Climent Vaello. Periodista en reposo