El encarecimiento de los alimentos obliga a reducir la compra semanal

La inflación también afecta a comerciantes, que agradecen la colaboración de la gente

Vendedor de un puesto de carne en el Mercat de Sant Roc. XAVI TEROL

Las subidas de precios ya son algo recurrente en cualquier tipo de producto, apenas sorprendiendo a nadie. Luz, gasolina y ahora, la cesta de la compra. La inflación no deja títere con cabeza y cuando hablamos de la alimentación, esta no es una excepción. Hacer la compra es casi un 10% más caro actualmente según un informe de la Organización de Consumidores y Usuarios. Teniendo en cuenta esto, el gasto medio de alimentación en las familias españolas puede llegar hasta los 500 euros de más. Así, los alimentos que más han subido sus precios los encontramos, en general, en aquellos más frescos. Carne, verdura y fruta, pescados, etcétera… Tanto cliente como comerciante se ven afectados por esta inflación de los alimentos de consumo habitual, y el mercado local de carnicería, verdulería o pescadería se ha visto obligado a subir el precio de sus productos, a sabiendas de que puede afectar al comportamiento de sus compradores habituales.

El cliente, por lo general, se muestra más reticente a comprar. Reduce su compra a productos y cantidades específicas, y ya no se permite ciertas compras que anteriormente hacía de buen grado. Además, los comerciantes notan como es cada vez más habitual preguntar el precio del producto, algo que no ocurría tanto meses atrás. No obstante, algunos se muestran optimistas ante esta situación. Toni Valor, carnicero del Mercat de Sant Roc, opina que el cliente “sigue respondiendo bien debido al servicio y la atención al cliente”. Considera que la gente sigue manteniendo la compra debido a la calidad que comercios como los del mercado pueden ofrecer, y a la atención personalizada que se les ofrece allí. No obstante, si percibe la inquietud que muestran algunos clientes no tan habituales.

Por otro lado, el sector de frutas y verduras perciben en gran medida que la subida de precios está afectando negativamente, haciendo que las visitas de clientes habituales se reduzcan junto a sus compras habituales, además del gran encarecimiento de ciertos productos como las cerezas y los melocotones. Esto es en parte, debido a las numerosas heladas que han reducido las cosechas de frutas de hueso en un 31%. Los congelados y los productos del mar también perciben como la subida de precios en sus productos afecta negativamente a sus negocios. En el caso de Congelados Oriola, consideran que “aunque el cliente cuando viene, compra en menor cantidad, lo comprenden y continúan con sus visitas habituales. Esta subida nos afecta a todos y menos mal que la gente es muy buena.”

Las causas de este encarecimiento general en los precios son diversos. El elevado coste del petróleo aumentan la subida de la gasolina, haciendo que el transporte de los alimentos aumente su coste. Además, el cambio climático y las altas temperaturas también son culpables de que la producción se reduzca.

La mayoría de consumidores no comprenden muy bien las razones de este encarecimiento colectivo, pero si detectan ciertas tendencias en su nueva cesta de la compra. Consideran que los productos que más se han visto afectados por el incremento de precio son aquellos más básicos y más necesarios. El pan, la leche, los huevos y las verduras. “Los yogures, por ejemplo, ves una diferencia muy clara de 40 o 60 céntimos más de como estaban hace uno o dos meses atrás”, comenta un cliente del mercado. Otros en cambio, notan como existe una diferencia entre las grandes cadenas de supermercados y los autónomos que trabajan en mercados como el de Sant Roc. Los precios en los supermercados crecen a un ritmo más elevado y este es uno de los motivos que les ha llevado a implicarse más en el comercio local.

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