«No hay nada igual a nivel local como ganar el Trofeu Filaes»

Eric Baena hizo historia en esta edición al ganar con los Andaluces el título en fútbol sala sénior y la carrera de montaña

"No hay nada igual a nivel local como ganar el Trofeu Filaes"

La edición de 2022 del Trofeu Filaes no solo ha sido la de la vuelta a la normalidad tras dos años de pandemia, también será recordada por el título de los Andaluces en fútbol sala sénior, pero de manera particular por el protagonismo que tuvo Eric Baena, ganando no solo la modalidad estrella de la denominada Champions Alcoiana, sino llevándose además la victoria en la carrera de montaña, una doble alegría sin precedentes en una de las citas más esperadas del calendario deportivo local.
Dicen quienes han ganado el Trofeu Filaes, que no hay mayor satisfacción en el deporte local, pero que hacerlo por partida doble, significa tocar el cielo doblemente.

Es lo que le sucedió a Eric Baena, máximo goleador del campeón, quien ya había tenido la oportunidad de saborear este triunfo hace diez años, en 2012, apenas dos años después de hacerse Contrabandista, aunque sin el protagonismo de esta ocasión, ya con 29 años, más maduro deportivamente, firmando además el segundo gol, el que encarrilaba la final contra los Ligeros y entrando en meta de la carrera de montaña con su hija Martina en brazos y acompañado de su amigo, Santi Peidro.

Eric Baena se siente un privilegiado por haber vivido tantas emociones juntas en tan poco tiempo. “Fue espectacular y recompensa tantos sacrificios por vivir ese tipo de experiencias”, asegura aún algo afónico varios días después, como consecuencia de un catarro y las celebraciones posteriores. “Deportivamente no hay nada igual por la forma cómo lo vive la gente y las filaes. Juegas un partido de la fase de grupos y ya ves gente en la grada siguiendo el partido. Y luego lo de la semifinal y la final, con las gradas del pabellón llenas y gente de pie en los laterales. Es algo increíble. Te sientes como un jugador profesional por el ambiente que se llega a generar”, admite.

La primera alegría le llegó en la primera competición que se resolvió en esta edición del Trofeu Filaes, la carrera de montaña, donde se dio una de las imágenes más entrañables y bonitas de los tres días, con Eric Baena y Santi Peidro cruzando juntos la meta acompañados de sus hijos de corta edad. “Nos une una buena amistad y para mi fue un regalo poder hacer juntos toda la carrera. Fue indiferente quien entraba primero, le dije que lo hiciera él, que volvía después de mucho tiempo tras estar preparando una oposición, pero me dijo que fuera yo porque era quien había estado tirando. Al final me adelanté un poco pero acabamos con el mismo tiempo. Disfruté mucho esta carrera y para mí fue lo más importante”, recuerda.

Quedaba lo mejor, el torneo de fútbol sala sénior, donde los Andaluces tuvieron un camino cómodo en la primera fase –0-5 a los Aragoneses, 7-1 a los Asturianos y 5-1 a los Alcodianos–, para complicarse a partir de los cruces. En cuartos sufrieron para ganar 2-1 a los Vascos –llegaron a ir perdiendo 0-1–, dando la campanada en semifinales al derrotar en los penaltis a los Cruzados, en ese momento los grandes favoritos al título. “Nuestro entrenador, Carlos Vañó, hizo una gran gestión desde el banquillo. Tomó la decisión de poner bajo palos en los penaltis a Dani Gómez, que no había jugando ningún minuto en la semifinal, deteniendo a Omar el penalti decisivo. Seguidamente Ernesto convirtió el lanzamiento que nos metió en la final”, explicó.

Quedaba un último escalón por subir, el de la final frente a los Ligeros, la sorpresa del torneo. Al descanso se llegó sin goles. No fue hasta mediados del segundo tiempo cuando Pau Vilaplana puso en ventaja a los Andaluces. A renglón seguido vino el gol de Eric Baena y un ilustre veterano como Tonelo se encargó de poner la guinda con el 3-0 definitivo.

Entonces vino el éxtasis en las filas de los Contrabandistas. “No estaba en nuestra cabeza ganar el título. Habían equipos más capacitados que nosotros, pero se dieron las circunstancias, todo fue saliendo a pedir de boca. En cuartos, a falta de ocho minutos perdíamos 1-0. En semifinales, comenzamos perdiendo y luego vino la remontada con dos goles de Endika. Ernesto estuvo muy bien, igual que Pau, el portero Jordi Iborra, teníamos un jugador de la experiencia de Tonelo, que cada vez que hablaba todos le escuchábamos. Son muchos meses pensando en el Trofeu Filaes. En mi caso, que no fuera todo correr y tratando de jugar algunos partidos de fútbol sala para cuando empezara el torneo no acusar estar tanto tiempo sin tocar un balón. Fue todo muy intenso y guardaré un bonito recuerdo”, resumió para finalizar.

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