Estancadas las negociaciones para renovar a Josele González y Vicente Parras

La renovación de Josele González y Vicente Parras como principales responsables de la parcela deportiva del Alcoyano se encuentran ahora mismo en punto muerto. Nada que ver con lo que ocurrió hace un año, cuando a estas alturas, se llevaban dos semanas desde la oficialización de la continuidad de Josele González y la presentación del acuerdo fue a bombo y platillo con toda la directiva presente en el acto.

Estamos ya en abril y fuentes consultadas del club aseguran que existe un borrador del nuevo contrato del director deportivo, pero los días van pasando y sigue sin plasmarse la firma que rubrique el acuerdo que de momento es verbal. De puertas hacia afuera se trata de transmitir normalidad, si bien de puertas hacia adentro se empieza a detectarse una cierta calma tensa preocupante porque la situación, lejos de avanzar, da la sensación de estar cada vez más estancada.

En el mismo punto de salida que Josele González se encuentra Vicente Parras. El técnico no firmará la renovación que parece pactada mientras no se certifique el acuerdo con el director deportivo. Parras quien le llevó al Alcoyano y con quien ha trabajado codo con codo estos tres años para sacar de las catacumbas al Alcoyano tras ese traumático descenso a Tercera hasta ponerlo de nuevo en la órbita futbolística con ese último ascenso a la Primera RFEF.

Ninguna de las dos figuras ofrece discusión, ni entre la afición ni tampoco en la propia directiva. Es una cuestión de indefinición del club para empezar a planificar la nueva plantilla. Ni Josele González ni Vicente Parras firmarán nada mientras el club no se pronuncie fírmemente de sus posibilidades económicas para empezar a diseñar el equipo con unos mínimos, que ineludiblemente pasan por un presupuesto que no predestine al Deportivo a ser un candidato al descenso desde la primera jornada de liga.

Ofertas de otros clubes
Ese estancamiento empieza a no pasar desapercibido a otros oídos, que empiezan a frotarse las manos ante la posibilidad de pescar en río revuelto si los días siguen pasando sin novedad en el frente y con la situación entre ambas partes enquistándose. Fuentes consultadas del club indican que no se llegará a ese punto y pronto habrán movimientos al respecto. Incluso se pone un límite para el acuerdo total: Semana Santa. Se asegura que para entonces estarán ambas renovaciones cerradas y presentadas.

Acuerdo en semana Santa
Desde el club se alude como causante de esta ralentización del acuerdo a la economía de guerra con la que viene conviviendo desde que Juan Serrano dejó la presidencia y el importante agujero que dejó en las arcas como herencia. La situación llega a tal punto que en las últimas semanas se han debido hacer frente a deudas que se arrastraban de hace cuatro temporadas. Esa dura realidad hace que el día a día sea muy complicado y condicione mucho algunas decisiones de futuro. Es cierto que ahora mismo el Alcoyano no convive con los agobios de hace un año cuando las denuncias en AFE se acumulaban y este estamento llegó a pedir un aval para empezar la actual temporada.

El proyecto de un club con capital exclusivamente local no ha terminado de cristalizar por completo pese a los enormes esfuerzos que se han hecho en esa dirección. Eso sí, se han abierto muchas puertas, algunas estaban cerradas de par en par con el anterior presidente, pero la inyección económica que se necesita obliga a no conformarse con lo conseguido.

Grupo inversor
Hasta la fecha, Miguel Hita estaba siendo el salvavidas que acudía en auxilio del Deportivo en sus peores momentos. El empresario ilicitano es el accionista mayoritario del club pero no tiene la mayoría accionarial. De puertas hacia adentro no se quiere escuchar hablar del aterrizaje de un grupo accionarial –que sí negoció Juan Serrano– tomando las riendas de la entidad, ya que se entiende que supondría adentrarse en una etapa incierta con dudosos resultados, pero no es menos cierto que la economía del Alcoyano requiere de seguir otro camino al actual para lograr una estabilidad financiera y así disponer de una capacidad de planificación que actualmente no se tiene y que a corto plazo puede ser peligrosa por lo que se está jugando el club en estos momentos.