«Parece que hayamos cerrado la Font Roja a cal y canto y la regulación es mínima»

Ayuntamiento, la dirección del parque natural y Asociación de Turismo aclaran las condiciones del control de acceso después de que un propietario recoja firmas pidiendo el cese de la medida

Parece que hayamos cerrado Font Roja
El director del parque, el concejal de Transición Ecológica y la presidenta de Alicante Interior.

El Ayuntamiento de Alcoy, a través del concejal de Transición Ecológica, Jordi Silvestre; el director-conservador del parque natural de la Font Roja, Salvador Palop; y la presidenta de la Asociación de Turismo Alicante Interior, Indira Amaya, han comparecido este miércoles para explicar cómo funciona el control de acceso al parque, mediante una barrera automática ubicada en el kilómetro 1 de la carretera que lleva al santuario, como también aclarar algunos términos de esta regulación, a raíz de que un propietario haya recogido 427 firmas pidiendo el cese de la medida argumentando que está perjudicando a los usuarios de dicho acceso y denuncia, además, una caída de clientes del 20% en los establecimientos ubicados en la zona afectada por el cierre.

«Parece que hayamos cerrado el parque a cal y canto, y la regulación es mínima», afirma Jordi Silvestre, quien ha explicado en qué consisten estas condiciones de acceso y hace hincapié en que se trata de una «decisión técnica» que se debe a un motivo «de seguridad». «Es una cuestión que tiene que ver con la carga que puede soportar el parque» a nivel de visitantes y en aras de garantizar una correcta evacuación en caso de registrarse un incidente, como pueda ser un incendio forestal, porque «era un peligro» en momentos en que se producían aglomeraciones en la zona del ecocentro, aparcándose a ambos lados del arcén hasta dos kilómetros abajo; e incide en que el control de acceso «no es algo novedoso», sino que «está aplicándose en otros sitios».

Tal y como ha informado este periódico, el objetivo es controlar el acceso en situaciones climatológicas adversas (temporales de nieve o alertas por altas temperaturas, entre otras) y en momentos puntuales en que se viene detectando «una elevada presión de visitas que sobrepasan la capacidad de carga», tales como Semana Santa, la primavera, o puentes festivos en otoño. Respecto a la regulación propiamente, la barrera automatizada con lector de matrícula empezará a funcionar los días 2 y 3 de abril, y ya los siguientes fines de semana, hasta mayo –menos el de fiestas de Sant Jordi–, en horario de 8 a 14 horas. El aparcamiento en la Font Roja está limitado a 50 plazas y se puede reservar enviando una solicitud por correo electrónico al parque.

Salvador Palop ha remarcado que en estos momentos en que esté vigente el acceso regulado, los propietarios de fincas tienen «acceso permanente» –con un código personal– y para los clientes de las casas rurales, hosteleros, restauración, empresas de servicio y taxi, también podrán acceder «de manera libre, previamente poniéndose en contacto con el establecimiento». Para ello, aclara Palop, existe una coordinación constante con la Asociación de Turismo por parte de la dirección del parque natural. En este sentido, también matiza que se trata de una decisión «muy pensada» que no responde a criterios «aleatorios» y que se ajusta a la normativa referente a los usos del parque, negando así que la medida sea contraria a la legalidad, tal y como habían sugerido los firmantes del escrito de denuncia presentado en el Ayuntamiento junto a las 427 firmas.

La decisión se tomó en colaboración con la Diputación de Alicante, que es la titular de la carretera CV-797 y, de hecho, fue la institución provincial la encargada de construir la rotonda que regula el tráfico en el punto en el que se instaló la barrera automática de acceso. Según indica Palop, inicialmente se planteó ubicar el control en el cruce con la carretera de Les Llacunes, si bien se acabó desestimando por motivos técnicos. Además, la ubicación final en el kilómetro 1 de la carretera permite contar con un aparcamiento de vehículos cercano, junto al polideportivo y el cementerio, como también la posibilidad de llegar al parque con autobús. Cabe recordar que el Ayuntamiento habilita un servicio especial de bus hasta el santuario durante el período en que el control está vigente.

ALOJAMIENTOS A FAVOR DE «PROTEGER» EL PARQUE

Por parte de la Asociación de Turismo, Indira Amaya explica que para las empresas asociadas que operan en la Font Roja –Masía La Mota, La Safranera, Bons Aires, Masía El Pare Sant y restaurante del santuario– la medida no ha causado perjuicio porque «al trabajar con reservas previas» en la mayor parte de los casos «es fácil de gestionar». Por eso, señala, «estamos de acuerdo en regular» de cara a «proteger» el parque natural, apuntando en este sentido que se venían dando «situaciones preocupantes» en algunas fechas de mayor aglomeración, incluso «se nos metía gente» en las parcelas de propiedad privada. «Es solo un control de acceso, no una prohibición», destaca Amaya, quien incide en que de esta forma se logra no masificar el turismo, algo que «no da buena imagen».

Finalmente, por todas las partes se ha reconocido que cualquier medida que implica «un cambio de hábitos» siempre genera «molestias» a los usuarios, a la vez que desde el parque anuncian mejoras en la gestión del sistema, como la posibilidad de agilizar la reserva de acceso mediante una aplicación móvil. Por otro lado, descartan extender la medida –vigente en temporada de Semana Santa desde hace ya algún tiempo– a otras épocas del año, incluso de forma permanente.

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