Néstor Abad: «Después de los Juegos los pasé muy mal»

El gimnasta tenía previsto reaparecer este fin de semana en Alemania tras el Mundial pero lo impidió una lesión en el pie

Néstor Abad: "Después de los Juegos los pasé muy mal"
Néstor Abad al final de su participación en el reciente Mundial.

Néstor Abad es una persona nueva. El estado de ánimo que rebosa estas semanas perfectamente podría resumirse en la foto que colgó esta semana en su perfil en redes sociales. Aparece un Néstor Abad radiante y con una sonrisa contagiosa, mostrando sus dos pulgares hacia arriba, para anunciar que está de vuelta en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid tras pasar un par de semanas en casa, junto a los suyos, disfrutando de sus dos hijos pequeños, su gran motivación tras muchos días de distanciamiento.

Y es que aunque han pasado tres semanas de su décimo puesto en el Mundial de Japón, sigue aún muy presente todo lo que sucedió en los cinco días que duró la competición que devolvió al alcoyano a los altares de su deporte. No solo por lo sucedido en la localidad nipona de Kitakyushu, sino por todo lo vivido después de los Juegos de Tokio y las semanas previas a su participación mundialista.

SEMANAS COMPLICADAS
Fueron semanas muy complicadas, posiblemente de las más duras de la carrera profesional de Néstor Abad, que vienen a justificar en gran medida toda la explosión de felicidad que acompañó a ese Top Ten mundialista. No hay ni una sola fotografía tras la competición en la que se vea al gimnasta alcoyano con cara de circunstancias. Cada gesto, cada movimiento, cada celebración, rebosaban un inmenso gozo. Su demostración mundialista vino acompañada de una inundación de felicitaciones en redes sociales.

Fue la mejor constatación para de una manera definitiva cerrar el libro de los Juegos. En Río 2016 pagó la inexperiencia de la primera vez. La Olimpiada de Tokio le llegaba en plena madurez deportiva, en una edad perfecta para marcarse la competición soñada. Sin embargo, un cúmulo de circunstancias comenzando por una preparación inadecuada llevaron a Néstor Abad al vacío anímico y que toda las expectativas se derrumbaran casi antes de empezar a competir en los pasados Juegos.

“Mi paso por la Olimpiada de Tokio me sirvieron para aprender mucho”, explica el alcoyano al echar la vista atrás y recordar aquellos días en la capital nipona. “Piscológicamente no estaba preparado para afrontar una competición de esa magnitud. Me equivoqué en la preparación. Fue frustrante ver que tanta dedicación, tantos meses de preparación, no sirvieron de nada porque mentalmente no estaba bien. Ni la preparación fue la adecuada por la falta de competiciones en el último año y medio por la pandemia, ni mi cabeza estaba enfocada correctamente para una competición como unos Juegos”, reconoce con la perspectiva del tiempo pensando en lo sucedido posteriormente.

Si durante la competición sintió impotencia por ver que su mente no reaccionaba ante el estímulo de estar ante la competición por la que tanto se había esforzado, más frustrante si cabe fue el precipicio en el que se vio envuelto en su regreso a casa. “Atravesé una crisis anímica bastante importante. Lo pasé bastante mal y poca gente lo sabe. Sufrí mucho. Las semanas posteriores a los Juegos fueron muy difíciles”, resuelve Néstor Abad.

No fueron como consecuencia de la decepción que acompañó su participación, ni tampoco por algunos comentarios que pudieron generarse porque no había cumplido con las expectativas. “No suelo leer lo que dicen de mi. Tampoco fue una cosa que me preocupara mucho. También soy consciente de que muy pocos conocen un deporte como la gimnasia y las circunstancias que la rodean. Sentía impotencia. Mi gimnasia muchas veces es un reflejo de mi estado de ánimo y yo a las Olimpiadas no llegué bien preparado psicológicamente, era un caos y fue lo que transmití luego en la competición”.

De ahí que ese décimo puesto mundialista supiera a gloria y fue como una especie de liberación mental, de decirse a sí mismo que aún hay Néstor Abad para rato, que en Tokio fue preso de una preparación deficiente. “Después de todo lo que pasé en los Juegos, verme otra vez junto a los mejores, fue una gran satisfacción. Disfruté mucho, la verdad. Creo que incluso pude hacerlo mejor, pero me conformo con lo que conseguí. En todos los ejercicios hice unos pasos en la salida que me restaron unas décimas. Fue una manera de reafirmarme, de que estaba haciendo las cosas bien y que lo sucedido en la Olimpiada fue una cuestión mental, de no estar psicológicamente en las mejores condiciones”. Aunque reconoce que las siguientes semanas a Tokio fueron complicadas, Néstor Abad asegura que en ningún momento pensó en arrojar la toalla. La constatación a este pensamiento fue el marcarse nuevos retos y el buscar sacarse la espina en el Mundial de Kitakyushu, cosa que consiguió con nota. Las pocas dudas que pudieran haber sobre un tercer ciclo olímpico quedaron enterradas en tierras niponas.

TERCER CICLO OLÍMPICO
El alcoyano tendrá 31 años en los Juegos de París 2024. Néstor Abad quiere estar y poner allí la guinda a su carrera deportiva. De momento, ese tercer ciclo lo inició con muy buen pie tras su excelente participación mundialista. En 2022 será un año muy intenso para la gimnasia, ya que hay Europeo, Juegos del Mediterráneo y Mundial, que será clasificatorio para los Juegos por equipos. Un horizonte estimulante, como también se presentaba este final de 2021, en el que el alcoyano tenía previsto reaparecer el pasado fin de semana en la Bundesliga.

Iban a ser dos fines consecutivos con el objetivo de clasificar a su equipo para la final de esta liga, la más potente a nivel europeo. Habían muchas posibilidades de conseguirlo, formando parte de un equipo en los que tiene como compañeros al ruso Artur Dalaloyan, campeón olímpico por equipos, el alemán Andreas Toba y el útlimo fichaje ha sido el mallorquín Nicolau Mir, también olímpico como Néstor Abad. Sin embargo, el jueves por la noche anunciaba que iba a estar unos días parado debido a una fractura con desplazamiento en el segundo dedo del pie.

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