Que corra el dinero

Debido a mi trabajo de comercial tengo que viajar por muchas ciudades y es muy curioso ver como la mayoría de clientes y ya amigos, me están esperando para contarme sus cosas, Y no me refiero sólo a temas de trabajo sino a temas personales. Hasta el extremo que a veces me siento como un confesor o sicólogo, incluso hay ocasiones que saliendo por la puerta tengo que recordarles que he ido a hacer mi trabajo que es cubrir sus necesidades materiales para que puedan trabajar.
Y es que las personas necesitamos hablar, contar nuestras cosas, los problemas y alegrías, ahora al salir menos de casa y no podernos juntar con los nuestros todo lo que queremos, tenemos esa necesidad de hablar y escuchar, incluso con los que tenemos menos intimidad. Nos han quitado ese medio de comunicación tan nuestro, como son los bares.
Han limitado tanto a los pobres que viven de sus negocios de bares o restaurantes, así como pubs, como si de repente anularan el wasap, es quitarnos un gran medio de comunicación. Ellos pagan como siempre, incluso más, por la subida del autónomo con carácter retroactivo y sin subir su cotización sino un nuevo impuesto. Les están apretando tanto que ya veremos quienes pueden soportar esta situación. Y por supuesto a todos los negocios que rodean a este negocio. Una penosa situación que contaba a un amigo de esos que me han salido por el camino debido a mi trabajo, y él me contestaba con un cuento que paso a contaros.
“ Esto era un pequeño pueblo con una caristia de vida muy humilde, los habitantes tenían lo justo para vivir sin ningún tipo de lujo o extra; un día fue un viajante, que por su apariencia se le veía que era un hombre con muchos posibles. Se dirigió a una pequeña pensión y pidió la reserva de una habitación para esa noche, a lo que el dueño encantado le dijo que sin problema, pero que tenía que dejar una señal de cien euros y si no podía ir a dormir porque marchara antes de lo esperado, le devolvía su dinero. El visitante sin dudar le dio el dinero. El hostelero al tenerlo en la mano lo primero que hizo es ir corriendo a pagar al carnicero esa cantidad que le debía, al mismo tiempo éste fue de inmediato a pagar al del matadero, el dueño de este negocio marchó en busca del ganadero que le compraba la carne para quedar en paz con él. El ganadero saldó su deuda con el vendedor de piensos, con el dinero en la mano se los dio a una vieja prostituta que los tenía pendientes de cobro. Ella recordó que debía en la pensión algunas noches de servicio en su habitación. El dueño del local, dinero en mano, estaba satisfecho del cobro de la deuda de su fiel clienta. Al poco tiempo se acercó el viajante informando que no podría pasar allí la noche, pues debía continuar de inmediato su ruta y que no podía quedarse a pernoctar. Sin ningún problema se le devolvió el dinero.”
Una de las soluciones para resolver el problema económico que estamos viviendo es que corra el dinero, como hemos podido leer en este pequeño cuento y aunque no sea una verdadera realidad. Pero si deja una pincelada de como podemos estar todos satisfechos y si nos damos cuenta, nadie, salvo el viajante, se queda con el dinero, pero deja a todos pagados y cobrados.
Es el momento de que, con toda precaución, ser solidarios con aquellos que tienen negocios, gastar en nuestra ciudad, no dejar que la rueda pare, porque sino luego es muy difícil de volverla a poner en marcha.
Eclesiastés 5:10
El que ama al dinero no se saciará de dinero y el que ama la abundancia no se saciará de ganancias. También esto es vanidad.
Así que, queridos lectores, no seamos arrogantes y disfrutemos con toda cautela, la salud en este momento es lo primero.
Cuidaros mucho.

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