Robotizados nos quieren
En la ultima entrevista, en que pudimos ver a Pedro Sánchez, realizada por Jordi Ebole, parece que ha levantado algunas críticas que nos parecen totalmente fuera de lugar. No obstante, teniendo en cuenta los tiempos que corren estas censuras parecen estar en acuerdo con muchas actitudes. Uniformidad en nuestro comportamiento, y opinión, critica, y oposición, pues, ninguna. Hinchar el defecto del contrario y disminuir el propio.
Estamos en la era de la moderación por excelencia; compostura, paciencia que todo se andará, si no hoy, mañana que para algo tengo el poder, en fin, la robotización que nos invade, a fin de cuentas.
Se le tacha a Pedro de radical, de no acatar las directrices de la “cúpula” o comité federal y que en el próximo congreso, se presentará de nuevo para ser reelegido secretario general, ya que hay dos tendencias dentro del partido socialista que hace que todos pongan el grito en el cielo y eso es lo que me choca.
No pertenezco al PSOE, pero tengo un montón de amigos/as socialistas a los que admiro y respeto. Tuvimos ocasión de colaborar juntos, cuando pertenecíamos a la UNESCO y llevábamos el programa de radio Pepito en donde teníamos una participación social y cultural con la ciudadanía de Alcoy. Entre ellos, la inolvidable Nereida Company, desgraciadamente fallecida, así como José Luis Matarredona y otras personas, más difícil de nombrar, pero colaboraron y nos animaron en aquellos albores de la Democracia. Y esa participación crítica y directa es la que se añora.
Que llevamos un proceso de robotización es bien constatable. En cualquier lugar que llegues, cafetería, sala de espera de aeropuertos, autobuses, visitas médicas etc., todo el mundo no quita la vista de su movil, incluso en reuniones amistosas o de familia lo mismo, a penas se hablan ni se comunican, un sí o un no gesticular y se acabó. Por eso esta epidemias que recientemente nos ha recibido, no nos va a aprender nada nuevo, ya estamos acostumbrados a las pandemias.
El partido socialista, que sepamos nunca ha tenido una sola posición. A Largo Caballero se le consideraba de izquierdas (notorias y admirables sus memorias) A Indalecio Prieto de derechas (criminal su actuación en Casa Viejas asesinato junto a varios más de su familia de “Seis dedos” que con sus “tiros a la barriga” demostró su talante totalmente censurable, así se reprimía la rebeldía de este pueblo que vivía en la completa miseria). Compagn, el socialista catalán, no pudo escapar a su triste destino cuando los nazis lo devolvieron a España para que Franco lo fusilara, igual que a Juan Peíró, en fin, historias ya pasadas, pero que alguien se rebele contra la dirección de su partido más que enfadarse deberían alegrarse de que todavía hay personas que se niegan a ser robotizadas. Quienes tienen libre disposición y por tanto difieren de una cúpula directiva, demuestran tener propia personalidad y no como vamos viendo, al “rebaño” que votan por costumbre, sin tener ni idea de lo que han votado y, a veces ni a quien.