El mundo, real, sigue girando

Entre mis allegados suele circular la certeza –y no se privan de hacérmelo sabe– de que uno es un tipo que suele ver conspiraciones y cosas raras en cualquier asunto que es de interés para nosotros, las personas, los ciudadanos y ciudadanas.

De siempre, mi respuesta es que me halaga que se “preocupen” de mí y de mis cuitas, pero que en realidad lo único que tengo es mucha imaginación. Sabiduría tengo poca, lamentablemente, pero imaginación, para dar y regalar.

No son cosas que sueñe, o que me invente, o que hayan nacido de algunos autores que haya leído: Follet, Ludlum, Forsyth… ni mucho menos, pero mientras, cada cual emplea su tiempo (y ahora, tenemos mucho más) frente al ordenador de la manera que prefiere, los hay que gustan de ver series, que también yo las sigo, los hay que perdemos horas comentando y compartiendo con otras personas en las redes sociales, y los habrá que disfrutan con los innumerables juegos a los que se puede acceder: Parchís, Chinchón, etc…

El caso es que a un servidor le gusta buscar, curiosear sobre distintos temas, y confieso que poder seguir una pista, poder comprobar y constatar datos, es algo tremendamente reconfortante.

Lo que se cuece en este mundo es de una complejidad inabarcable, y es mucho más extenso de lo que nos informan y nos permiten conocer habitualmente
Está claro que dicha manera de pasar el tiempo tan solo aporta satisfacción personal por ir sabiendo, por ir aprendiendo, por poder confirmarte, a ti mismo, que queda mucho por conocer, y el ir conociéndolo parece que te da opción a poder opinar –no siempre a favor de corriente- y con la calidez y serenidad que te ofrecen esos nuevos conocimientos.

Pienso sinceramente que el progreso y la tecnología hemos de aprovecharlos para avanzar, para saber, para conocer… No solo para la comodidad y el esparcimiento personal.

España camina a lomos de esta situación nueva para todos nosotros, a remolque de esta pandemia mundial, pero la vida sigue, los movimientos siguen, las cloacas siguen estando operativas, y lo que es mucho más grave… los intereses que se mueven en todas direcciones, no descansan. Todo ello mantiene una actividad frenética y a salvo de miradas inconvenientes, como es la mirada de la sociedad, de las personas… Son acciones y proyectos que, cuantos menos lo sepamos, más posibilidades tienen de salir adelante.

Decía no se quien, ni cuando lo dijo, que… “Un conspiranoico es alguien que imagina algo, que realmente está pasando…” y las pistas, y los movimientos (aunque casi transparentes) indican que algo se mueve, y si es entre bambalinas, no puede ser bueno para nosotros. Nada bueno.

Este comentario surge a resultas del más que posible movimiento (y avanza a toda máquina) para que el poder vuelva a manos de quienes están convencidos que tienen que poseerlo, y lamentablemente tenemos la experiencia de que siempre lo consiguen, a pesar de todo y de todos, pasando por encima de lo que se les ponga por delante… No me tomen por imbécil, pues siempre ha pasado, y mucho me temo que va a seguir siendo muy parecido…

Imagino que conocer lo que está pasando no es cuestión de escuchar lo que nos dicen, sino saber leer y escuchar entre líneas, saber quiénes lo dicen y las intenciones que les son inherentes… La manipulación es un arte, y a un pueblo no se le engaña cuando está preparado para desmenuzar dicha manipulación y apartar el grano de la paja…

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