San Jorge: en honor a nuestra historia. KIKO CANTÓ. Concejal del Grupo Municipal del Partido Popular

Desde la batalla a las puertas de Alcoy, en 1276, San Jorge ha sido objeto de culto por parte de los alcoyanos. Solo unas décadas después, en 1317, un descendiente de Mosén Torregrossa fundó una capellanía perpetua bajo la advocación de San Jorge. Desde entonces, ni guerras, ni tragedias han supuesto un paréntesis en la devoción alcoyana por su Santo Patrón. Aunque si evidentemente han modificado su expresión externa.

La Guerra de Sucesión paró la Festa durante 34 años. Quedaron prohibidos tanto el uso de la pólvora como los desfiles. Sin embargo, el culto georgiano siguió de puertas para dentro. De 1809 a 1813 la Guerra de Independencia contra el invasor francés supuso una nueva interrupción. Fue tanta la alegría de liberarse, al fin, del yugo francés, que las Fiestas se celebraron en septiembre y el Ayuntamiento autorizó un gasto de 16.000 reales “siendo muy justo y conforme a los sentimientos y carácter de esta villa dar gracias al Todo Poderoso”.

Seguían los alcoyanos proclamando su devoción por el Santo de Capadocia ante cualquier contratiempo, como en el caso de la guerra contra Estados Unidos, en 1898. Hubo grandes momentos de duda, pero Magenta, Cides, Cordón y Maseros lucieron sus cargos aquel abril. Así refleja el semanario La patria Chica este sentimiento: “Por encima de Mac Kinley y su república están la Fiestas de San Jorge. Alcoyanos ¡Viva España! ¡Viva San Jorge! Y vivan la Fiestas de nuestro Patrón, con guerra, sin guerra, ¡con triunfo o sin él!”.

Tras el lamentable paréntesis de la Guerra Civil, el compromiso de Alcoy con sus fiestas patronales ha permanecido intacto hasta nuestros días. Los alcoyanos de 2020 nos hemos encontrado una tragedia inesperada. Pero, como ya hicieron nuestros antepasados, mantendremos en nuestros corazones la devoción a San Jorge. Y cuando la Festa nos vuelva a reunir en las calles lo celebraremos, honraremos a quienes ya no están con nosotros y aplaudiremos a rabiar a los cargos y Sant Jordiet, recompensando sus esfuerzos e ilusiones y renovando una vez más el compromiso adquirido hace siete siglos. Volveremos a proclamar entonces, como tradicionalmente concluyen las asambleas de filà, per Alcoi i per Sant Jordi, Visca Sant Jordi.

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