Enri Pérez le ha ganado la batalla al coronavirus

Enri Pérez es una de esas personas que han luchado hasta vencer al Covid-19. El primer síntoma lo sufrió hace dos semanas. “Me empecé a encontrar mal y a media noche me desperté y me caí, fue un desmayo” cuenta Enri. Acto seguido, su marido llamó al 112 pero al no tener fiebre no le dieron mayor importancia, creyendo que se había tratado de un bajón de tensión, aun así al día siguiente se encontraba peor y visitaron a su médico, pero tampoco le realizaron la prueba al no presentar los síntomas.

Al levantarse a la mañana siguiente y notarse más síntomas acudió directamente al hospital donde le hicieron las pruebas y la dejaron ingresada. Ahí empezaba una semana de soledad totalmente aislada en una habitación. “Formaba parte de la sábana y de la cama, no he visto la televisión, ni noticias ni nada del móvil, estaba triste, sin compañía, sin pensar en nada. No tenía fuerzas.”

Una vez al día ella misma iba informando a sus familiares de cómo iba evolucionando su salud y además los médicos informaban a la familia si había alguna novedad. La jornada dentro del hospital se repetía diariamente, “por la mañana me traían el desayuno, me cambiaban las sábanas, me tomaban las constantes y me daban la medicación. Al medio día me servían la comida, mucha más cantidad de la que sirven habitualmente a un enfermo. Por la tarde era ‘la merendola’ y por la noche me traían la cena. Además si necesitaba cualquier cosa venían a atenderme”. Durante varios días asegura que fue cambiada de planta, según la gravedad y la disponibilidad de las habitaciones.

Sin embargo, gracias a la esperanza y a la alegría que siempre desprende, esta luchadora iba superando el virus gracias al trabajo de los sanitarios, agradecida destaca que “han ido con mucho cuidado, siempre con mucha higiene y cambiándose las prendas de protección antes y después de salir de la habitación. Enri cuenta que entre la habitación y el pasillo había una doble puerta de seguridad con un pequeño rincón donde los sanitarios realizaban todo el protocolo de seguridad. También valora el trabajo de las limpiadoras que “en todo momento estaban limpiando.”

La alegría llegaba a principios de la semana pasada, cuando el médico le comunicaba que ya podía ir a descansar y a terminar de recuperarse en casa. Una vez en casa, la recomendación es estar sin salir de casa para nada durante unos 15 días más. Enri cuenta que su marido se encarga de desinfectar y airear la casa. Además, todos los días recibe la comida en la puerta y los médicos le llaman con el fin de comprobar que todo vaya bien. “Todo el equipo médico están haciendo todo lo posible ante esta nueva situación que estamos viviendo y demasiado bien están haciendo todo.”

Tras vivir esa situación Enri describe esta etapa como “no natural” y añade: “es una odisea, una guerra para todos, pero todas las personas lo estamos haciendo de 10, cumpliendo con el confinamiento. Esto aún durará un poquito, pero lo superaremos y será un mal sueño”.

Foto: A principios de semana pasada le daban el alta y ahora su marido cuida de ella en casa

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