Jesucristo Superstar alcanza la cifra de 1.500 espectadores
El del pasado sábado, ha sido el evento musical más multitudinario y mediático organizado por la Asociación de Amigos de la Música de Alcoy desde que abriera las puertas el nuevo Teatre Calderón en 2007. Con público venido de todas partes de España, distintos medios de comunicación de la Comunidad Valenciana, con las entradas agotadas veinte días antes, incluidas después las de 5% de taquilla, y con gente que no llegó a poder adquirirlas, el espectáculo fue sobre todo un emotivo recuerdo a Camilo Blanes Cortés (Camilo Sesto), cuando se cumplían los seis meses de su fallecimiento.
Las dos representaciones cumplieron sobradamente con las expectativas, especialmente las artísticas. Era un riesgo y un reto para la entidad organizadora, con Miguel Ferrándiz a la cabeza de la producción, y una Junta Directiva volcada para que se cumplieran todos los objetivos artísticos y también los económicos marcados en junio del año pasado cuando se tomó la decisión de poner en escena una de las obras maestras del siglo XX como es Jesucristo Superstar de Andrew Lloyd Webber, que este año cumple su 50 Aniversario. Un obra que es un hito musical de los 70, que, con la maestría que caracteriza a su autor, combina la música sinfónica y la música rock, por ello la denominó ‘Ópera Rock’.
Uno de los logros de la obra es su intemporalidad, con las figuras de Jesucristo y Judas como ejes vertebradores; en este sentido se puede representar como un drama de hoy, actual, o bien en un ambiente bíblico. El director escénico madrileño Narciso Tenorio, optó por combinar ambas posibilidades, acertando y logrando contrastes y plasticidades muy realistas y de fuerte impacto (la escena de la Crucifixión por ejemplo), todo unido a una música maravillosa e inspirada de principio a fin.
Casi 100 personas, sumando artistas y técnicos, lo dieron todo para conseguir un desarrollo de Jesucristo Superstar, tanto musical como teatral, que no defraudó a nadie, emocionando y atrapando, debido al montaje y al fantástico elenco: una magnífica Ángela Carrasco que todavía conserva una encantadora presencia y una cautivadora voz, y que a pesar de no desempeñar el papel de María Magdalena desde 1975, lo domina y lo recrea de forma muy convincente, traspasando el escenario en lo emotivo. El público le dispensó calurosos aplausos.
El tenor santanderino Julio Morales fue Jesucristo; fue una sorpresa monumental para todos porque cantó su papel con el ímpetu, musical y teatral requerido, siendo muy ovacionado tras su ‘Getsemaní’ y en los saludos finales. El tenor alicantino Jesús Álvarez recreó un Judas muy persuasivo musicalmente. Es posiblemente el rol más difícil de la obra debido a los registros y tonalidades que debe alcanzar. En lo teatral estuvo sublime. Juan Carlos Barona (El fantasma de la ópera) fue un gran Pilatos y Rafael Álvarez de Luna un divertidísimo Rey Herodes luciéndose en su único momento: un chispeante ‘Charlestón’. Magnífico Caifás encarnado en el bajo valenciano Boni Carrillo; sencillamente impresionante. Los comprimarios, Pedro, Simón Zelotes, Anás, todos correctos.
Buen trabajo del coro compuesto por miembros de los coros: Coro de la Catedral de Valencia, Coro de Cámara de Valencia y Orfeón Universitario de Valencia, con la exquisita colaboración del Coro Voces Blancas de Alcoy. El ballet madrileño de la Academia de Chema Zamora puso mucha profesionalidad en todos sus momentos, que no son pocos. Extraordinaria participación de miembros del Teatre Circ Alcoi que se integraron en la ‘multitud’ desempeñando también distintos e imprescindibles papeles.
En la parte musical, una magistral actuación del guitarra eléctrica Juan Saurín Cloquell y su Rock Band, el cual, junto a una espléndida St. George Symphony Orchestra y una impecable dirección de Francesc Estèvez, otorgaron una brillantez sonora que no pasó desapercibida. Max Duato (Palau de les Arts de Valencia) estuvo al frente de una sorprendente producción audiovisual de Alfonso Jordá. Pep Burgos y Adrià Sempere en los electrizantes efectos especiales, sonido e iluminación. No nos olvidamos del variado vestuario confeccionado exprofeso por Lorena Payá, Aranza Pascual y Carmen Payá. Muchos aplausos y ovaciones a la finalización por parte de un público que supo reconocer en pie, el mayúsculo esfuerzo tanto de artistas como de organizadores.
Tras los aplausos, más de ocho minutos, un breve vídeo con fotografías de Camilo Sesto en su papel de Jesucristo y con su ‘Getsemaní’, desató más emoción a la velada. Memorable.
Foto: Casi cien artistas intervinieron en el espectáculo