Dolor de muelas
La visita a Paterna, un campo donde por cierto el Deportivo no ha ganado nunca, ofrecía una novedad con respecto a otras salidas de los blanquiazules. Los locales, conscientes de lo que se les venía encima, decidieron calentar el ambiente y hacer unas declaraciones llenas de arrogancia y desprecio hacia el líder, asegurando algo así como que “antes o después el Alcoyano tendrá que perder”.
Algo obvio o no, porque perfectamente el Alcoyano podría acabar la competición sin ceder ninguna derrota, pero que fueron realizadas con bastante mala leche. No digo que a los de Vicente Parras haya que estar adulando constantemente el oído, pero existe el respeto y creo que en esta ocasión hubo más bien poco. El Alcoyano tomó nota e intuyó que esas manifestaciones iban a ser toda una declaración de intenciones de lo que le podía caer al equipo en su visita al Municipal Gerardo Salvador.
El técnico, en previsión de esta posibilidad, reservó a Devesa, Ruba y Óscar Díaz y llamó a su guardia pretoriana, dándole galones a Diakité, Mikel Solís y el canterano Peiró. Al final no fue para tanto, aunque el Paterna no quiso irse del encuentro sin dejar su sello, con esa violenta entrada sobre Ruba en zona de creación que el árbitro castigó con amarilla, cuando lo normal era que el jugador local hubiera visto la roja directa. También el colegiado se lavó las manos en un derribo a Pau Franch que de haberse pitado habría cambiado el rumbo del choque. El Deportivo sumó una nueva experiencia para lo que debe ser su objetivo final.
Con otra jornada sin perder en el bolsillo y una ventaja de 16 puntos con respecto al segundo con 36 por disputarse, Vicente Parras se quejó de que se le volviera a preguntar por el play-off. No le falta cierta razón al técnico, aunque no se puede evitar pensar que la promoción está asegurada salvo hecatombe y que el título parece una cuestión de poco tiempo. Es tanto el sufrimiento acumulado en estas dos últimas temporadas, que ver al equipo con esa suficiencia, resulta hasta insólito y a algunos les empiece a resultar aburrido, echando en falta cierto morbo.