Plan de reforestación con 2.000 ejemplares entre la Font del Quinzet y Cervantes
Alcoy quiere combatir la emergencia climática plantando vegetación por el que se ha incluido una nueva partida en el presupuesto de 2020 de 20.000 euros que permitirá ampliar el número de árboles y matorrales de la ciudad en 2.000 unidades. La ciudad ha plantado, los últimos 4 años, más de 6.000 ejemplares, entre árboles, matorrales y plantones, teniendo en cuenta tanto las repoblaciones populares como las obras realizadas, con un claro compromiso de planificar, ampliar y mejorar el arbolado urbano, reducir el CO2 y luchar contra el cambio climático.
El Consistorio destaca que, desde el 2016, a través de las concejalías de Medio Ambiente, Obras y Servicios, y Urbanismo, se han plantado más de 6.000 ejemplares de vegetación. De ellos, cerca de 800 corresponden a Obras y Servicios y más de 300 a Urbanismo, entre los cuales encontramos los nuevos árboles de Entença, el talud de Doña Amalia dentro de los presupuestos participativos, o la mejora de los polígonos industriales, entre otros. Las 5.000 unidades restantes son plantones de repoblaciones escolares o populares.
Para el 2020 también se prevé una plantación de 800 plantones a través de repoblaciones a parte de las especies que se planten en las diferentes obras. Una cantidad que aumentará espectacularmente con las 2.000 unidades de árboles y matorrales con las que se quiere reforestar este año.
La plantación de los citados ejemplares está previsto que se realice en zonas degradadas de ribera, dotándolas de un valor añadido, entre ellas, por ejemplo, el espacio que va de la Font del Quinzet a Cervantes. Desde la concejalía se recuerda que está demostrado que los árboles ahorran agua, protegen el suelo de la erosión, son el hábitat de muchas especies y un recurso ambiental necesario ya que producen un secuestro de carbono de la atmósfera. Con la implicación de diferentes colectivos y entidades en la replantación también se quiere mejorar la educación ambiental de la ciudadanía.
Foto: Un tramo de la ruta entre Cervantes y la Font del Quinzet