La piloto Mari Santonja abre en nuestra ciudad un nuevo taller mecánico
Muchos la ven como una intrusa, otros como algo exótico, un punto exuberante en un mundo tan tradicionalmente masculino, algo que ni le importa ni tampoco le impresiona, más bien todo lo contrario porque desde bien pequeña ha sido como un verso libre en un mundo creado por hombres, como es el de la velocidad y las carreras de coches.
Al principio fue curiosidad, luego pasión y su sueño es conseguir que algún día fuera su profesión. Sería como cerrar el círculo, que ahora está en parte incompleto. Le ha tocado empezar desde abajo, pero esa ilusión no ha parado de crecer. Especialmente en los últimos tiempos. 2019 fue el año de su debut como piloto en un Campeonato de España.
Ahora tiene entre manos su proyecto más ambicioso, también el más personal, con la apertura de su propio taller mecánico, algo que no debería ser excepcional pero que sí lo es, puesto que en nuestro país solo otra mujer lo ha hecho.
No se declara feminista ni tampoco lo pretende después de tantos años tratándose de abrir su propio camino en un mundo tan masculino. Lo suyo es la igualdad de sexos. Le gusta decir que “si quieres la igualdad, la practicas, no la pides”. Una frase contundente que aparece en su cuenta en redes sociales y que hace acompañar con una foto de su mano totalmente grasienta mostrando una pieza del motor de un coche. “Igualdad no es llamar a tu marido cuando hay que colgar un cuadro, todos valemos para todo. Es lo que me gustaría transmitir a las mujeres. Por ello, cuando alguien me pregunta si voy a ser yo la que repare los coches de mi taller, le contesto que claro que seré yo quien haga las reparaciones. Llegar hasta aquí no ha sido fácil para mí, he tenido mis problemas. En todo caso buscaré a alguien que me lleve las cosas de la oficina porque odio los papeles, pero quien se manchará las manos en el taller voy a ser yo. No se me caerán los anillos por bajar una caja de cambios. Lo he hecho más de una vez y lo haré las veces que sean necesarias”, confiesa a la vez que muestra sus manos en las que se puede comprobar el continuo contacto con el aceite que acompañan los motores.
La historia de Mari Santonja no deja indiferente a nadie. Tampoco su idilio con nuestra ciudad, puesto que no es alcoyana de nacimiento. Sin embargo, hubo un acontecimiento en su vida que hizo que Alcoy quedara para siempre grabado en su corazón. Fue en 2013, el año de su debut como copiloto de rallyes con un Abarth Punto Evo. Sucedió en un Rallye Ciutat d’Alcoi, el último que se disputó de esta histórica carrera de los rallyes a nivel provincial. Aquel día se inició en el mundo de la competición. Fue como hacer realidad el sueño que imaginó desde niña. “Es una ciudad que me encanta, tiene algo especial que la diferencian de las demás”, confiesa alguien que no nació aquí pero que se ha venido a vivir entre nosotros.
LUCHA POR LA IGUALDAD
Su lucha por la igualdad le lleva a idear iniciativas como la que quiere poner en marcha en las próximas semanas. Entre sus proyectos está organizar jornadas de mecánicas dirigidas a mujeres, con las que le gustaría poner un poco de cordura y normalidad, “para que también nosotras seamos capaces de cambiar el aceite o una rueda, algo que para muchas de nosotras es extraterrestre pero que puede ser algo normal como lo es en el mundo de los hombres”, surgiere.
El inicio del nuevo proyecto personal no le aparta de otros, como el seguir siendo piloto, teniendo en mente el dar el salto para 2021 al Campeonato de España de Montaña con un monoplaza. “Es una posibilidad que está ahí, me gustaría mucho poder conseguirlo, existe la opción de tener un coche y vamos a ver lo que sucede en los próximos meses. Son prototipos de más de 200 caballos de potencia y 450 kilos de peso que llegan a alcanzar los 250 km/h en carrera. Da mucho respeto pensarlo, pero me fascina la velocidad”, asegura alguien que ha llegado a conducir un Porsche de 800 caballos de potencia.
Foto: Mari Santonja posa junto al Honda Type R con el que disputó el Nacional de Circuitos