El peso del liderato

Seguramente si el Alcoyano hubiera visitado el campo del Recambios Colón en otras circunstancias, sin la oportunidad de seguir aumentando la diferencia con respecto a sus perseguidores y sin un récord histórico de veintiuna jornadas sin perder en el horizonte, posiblemente ahora estaríamos hablando de la primera derrota de la temporada de los de Vicente Parras.

No hubiera pasado nada, todos habríamos pensado que ese momento en algún momento tenía que llegar y nos animaríamos delante de este primer traspiés de la temporada pensando en las muchas alegrías que nos ha dado el Alcoyano en lo que llevamos de competición. Digo esto porque lo normal es que los blanquiazules el domingo en Aldaia hubieran terminado por bajar los brazos viendoel cariz que empezaba a tomar el partido con el paso de los minutos, con el rival jugando a favor de marcador, un árbitro permisivo y el campo cada vez peor por el frío y una lluvia que no paró de caer un instante. Pero el Alcoyano de esta temporada parece estar hecho de otra pasta, sacó a relucir su orgullo, apretó los dientes, se olvidó del frío y la lluvia, también de que no estaban ni Juli ni Óscar Díaz y que su único recambio ofensivo era un chaval que solo había jugado 18 minutos en toda la primera vuelta.

Fue cuando decidió tirar con lo que había. Es la grandeza del Alcoyano de esta temporada y lo que le llevó a empatar un partido que en otras circunstancias seguramente se hubiera perdido. Estamos acostumbrados a ver lo bueno de este equipo, pero hay también momentos en los que el partido se pone canalla, como se puso el domingo tras el 1-0 en la última jugada de la primera parte. Tras el descanso, todo el equipo salió a remar en la misma dirección, sin tener en cuenta las circunstancias. Algunos con más acierto y otros con menos, pero con un mismo objetivo: seguir invictos una jornada más.

El peso del liderato fue lo que le llevó a no rendirse y que la afición siga una semana más sintiéndose orgullosa de sus futbolistas.

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