Rosa, no me convenció
Rosa me dijo que me mandaría un email para explicarme cómo iban las cosas. Había conocido a un hombre un año después de quedarse viuda, que le había encantado. Pertenecía a una religión de las muchas que han derivado del cristianismo, con quién no tenía inconveniente alguno y con el cual, se armonizaba muy bien.
Y un día vinieron a verme acompañados de una señora de la nueva congregación. La Biblia se desplegó sobre la mesa y empezaron el discurso: “la palabra de Dios” “Dios dijo esto, aquello”. La Biblia es para ellos lo más sagrado, y yo me preguntaba: “Pero ¿qué biblia?” Digamos que cada religión la interpreta según le parece o le conviene.
Quizás el mercado de las religiones desarrolle una gran competitividad, enfrentadas unas con otras.
Según parece, esta doliente humanidad a través de su existencia, siempre ha estado dominada por imperios, unos tras de otros, mayormente religiosos. En el 400 de nuestra era, en una larga agonía, el imperio romano, con casi mil años de existencia, años antes, sobre el 335, en el concilio de Nicea, donde se armo la de “Dios es Cristo” quedando los anastasios como legítimos y tumbando a los arrianos, se trazó el imperio que instalado en Constantinopla, hoy Estambul, reinó otros mil años más, hasta que Solimán el magnífico (hombre inteligente y de una gran crueldad) se sublevó arrastrando todo a su paso, llegando hasta Viena, Había llegado el Islam, lo que parece que llega ahora a todas partes de forma pacífica y violenta también.
Rosa, una mujer bondadosa y solidaria, mantenía ahora, un esquema cerrado del nuevo concepto religioso que acababa de adoptar. Perfectamente cerrado, circunvalando una idea estructurada, ninguna pregunta, aclaración o cuestión se le podía plantear, todo era dogma, dogma que no me convenció. Pensaba yo mientras la observaba a donde había ido a parar el Renacimiento y sus valores, el raciocinio etc.
¿Qué pensaría Descartes, Hobbes, Spinoza de todo esto?
Me sigo preguntando que si en estos momentos, que tanto se ha sufrido de violencia dogmática por parte de una religión, los que pertenecen a otras religiones ¿van a tomar actitudes radicales? No sería de extrañar.
Ya lo vimos en Iran, chiitas, por la ejecución en Arabia Saudí, sunitas, de religiosos chiitas, no sólo nos desconcierta, nos llena de horror. ¿Ha superado Occidente las violencias de este género? Una guerra religiosa a esas alturas no me parece factible, promover y defender una sociedad laica y de derechos democráticos que tanto nos han costado conquistar, me parece importante y como premisa básica, respeto a los derechos de los demás, aunque sus planteamientos religiosos no nos convenzan.