Está en tu mano
Repasando el libro “Opiniones” escrito por el que fue mi suegro y articulista del Ciudad, Don Adolfo de Silva, me ha venido a la mente el escribir estas palabras, que por desgracia dieciocho años después todavía están de actualidad.
Debido a los avances de la informática, móviles, Internet …las noticias nos llegan casi en el mismo momento de suceder. Cada día vemos más actos de violencia , mujeres maltratadas asesinadas, violaciones por manadas o de manera individual y lo que es más horroroso, si cabe, de niños menores de edad. Palizas a compañeras de clase, mientras otros lo están grabando y riendo la gracia. Bullying a los más indefensos, amenazas a profesores, médicos, enfermeras, incluso las mismas autoridades se enfrentan a desprecios, insultos, amenazas por parte de energúmenos sin escrúpulos, ante la pasividad de las leyes que tenemos en la actualidad.
Jóvenes que cada día empiezan más pronto a fumar, beber, tomar drogas, a tener sexo, tanta facilidad para entrar en espacios pornográficos y a tener el derecho a hacer lo que les de la gana. Un grave problema en el que nos sentimos inermes ante este tipo de situaciones y pensamos que nada podemos hacer con nuestros pocos recursos de paisanos de a pie. Lo dejamos todo en manos del Estado, la Generalitat o del propio Ayuntamiento de nuestra ciudad. Nos sentimos superados y abrumados ante tanta situación desagradable. Pensamos que es mejor que ante estos temas tan espinosos se encarguen instituciones u organismos que tengan capacidad para poder actuar. Pensamos que ya hacemos bastante con soportar las noticias que nos revuelven el estómago, sobre todo en los momentos que nos encontramos con la familia, bien en la comida y cena , y si nos afecta demasiado, cambiamos de canal y todo arreglado.
¿Pero hacemos bien, no hay nada que podamos hacer? En el libro de Loren Eisley llamado “El lanzador de estrellas” relata el día que paseaba por la playa y se encuentra a un muchacho devolviendo estrellas de mar a la playa después de que una tempestad hubiera sacado a miles de ellas a la arena. Vio como el adolescente cogía una a una y las iba devolviendo a su hábitat.. Cuando le preguntó que hacía le contestó.
“Si no lo hago, se morirán”. El escritor continúo preguntando cual es la diferencia , si sólo podía salvar a unas pocas y todas las demás morirían. El joven, mientras escuchaba cogió otra estrella lanzándola al mar y le contestó. “ Ésta sí va a notar la diferencia”. El escritor se marchó a casa intentando seguir con su vida, es decir, escribiendo, pero ni una sola palabra le salía, así que volvió a la playa y se puso a ayudar a aquel muchacho.
Seguro que muchos de nosotros nos preguntamos ante tanta desgracia ¿Qué podría hacer para cambiar este mundo? Y lo hacemos por la seguridad que tenemos “a priori” de que no servirá de nada de lo que hagamos a resolver nada.
Pero la verdad es que nuestra vida tiene unos valores y unos recursos de los que podríamos echar una mano. Podríamos dirigir nuestras vidas hacia un acto de bondad, de fe, de valentía, de confianza en los demás y el resultado podría dejarnos atónitos, pero con toda seguridad satisfechos.
En esta vida sólo ha habido un Moisés, un S. Pablo, un Édison o un Velázquez, pero hay muchos hechos que con coraje, entrega y valentía de gente como tú y como yo que ayudarían a cambiar este maltrecho mundo. Está en tu mano el poder ayudar sin vergüenza y con valentía , aunque sólo sea echando una pocas estrellas de mar a su lugar de procedencia salvándoles la vida.
Y te animo que sigas el consejo bíblico, seas creyente o no que dice
“Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas”.