Tocar las narices

El Deportivo continúa a lo suyo, que es ganar y seguir metiendo miedo a sus rivales. En Vilamarxant le bastó con arremengarse un tiempo para en el segundo vivir de rentas.

Anda tan sobrado que en la segunda parte se dedicó a verlas venir. Sin embargo, hay una cosa que me llamó la atención antes de jugarse el encuentro. Quizás en otras circunstancias no le habría dado mayor importancia, pero después del esperpento que se vivió hace dos semanas en Atzeneta, haciendo pagar a todo el que fuera de Alcoy y no respetando ni siquiera a los que estaban trabajando, no vi tanta casualidad y la directiva del Alcoyano debería ponerse serio y no dejarse tomar el pelo, puesto que jugar el sábado a las ocho y media de la noche fue una tomadura de pelo.

El equipo habló donde tenía que hacerlo, que fue en el campo, ganando sobrados y poniéndose el mono de trabajo cuando en algún momento la cosa se puso fea. Pero el colista se le pudo subir a las barbas al líder y ahora nos estaríamos tirando del pelo. Fue una auténtica desfachatez, por decirlo bonito y no de otra forma, que un partido de Tercera se jugara en ese horario, cuando no es ni mucho menos el oficial y se lo sacaron de la manga los dirigentes locales para intentar ver si podían pescar en río revuelto. Creo que el Alcoyano se merece más respeto, que fue el que no tuvo el Vilamarxant poniendo el partido a esa hora.

En Atzeneta pasó lo que pasó y nadie de la directiva blanquiazul salió a dar explicaciones y esta semana otra vez hubo un club con ganas de tocar las narices y tampoco nadie ha dicho ni pío, como si lo que sucedió el sábado fuera de lo más normal, cuando de normal tuvo bien poco.

Esperemos que el presidente o lo que sea (aún se desconoce su situación tras poner el cargo a disposición del Consejo de Administración) haya tomado nota y que estos dos capítulos queden en simple anécdota, para que ese señorío de los que algunos o alguno presume no quede solo de boca, también de hechos.

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