Tres ‘forasteros’ made in Alcoy
Entre ellos se conocen, así que tienen muchas anécdotas que contar; de cuando actuaron en 1981 con La Cassola o cuando Neus y Juansa compartieron escenario en 1988 por vez primera de manera profesional. Me veo en la tesitura de interrumpirlos para que nos centremos en el último trabajo que los ha reunido de nuevo, esta vez, tras las cámaras.
“Excepto la gente joven –comenta Pep Sellés– coincidió en esta serie que ya habíamos trabajado entre nosotros, y nos conocíamos. Así que nos reencontramos todos y fue como notar que la profesión volvía a arrancar, y eso tenía una ilusión extra”.
Y es que, hace ahora un año que empezó el rodaje de ‘La forastera’, una serie de 8 capítulos, de unos 45 minutos de duración cada uno, que se emitió en À Punt con entregas semanales esta primavera, llegando a conseguir una audiencia de hasta un 19% de share. Sin embargo, el presupuesto, obligó a rodar dos capítulos a la semana, para reducir los días de trabajo a tan solo cuatro semanas.“Nos recogían en Valencia los coches de producción a las 7 de la mañana –explica Juansa Lloret– y volvíamos a casa a las 20’30 horas. Tenías un mail sobre las secuencias que ibas a rodar al día siguiente, y estás cenando y estás estudiando, y estás durmiendo y estás repasando”.
“A mí me llamó mi representante –dice Neus Agulló– diciéndome que tenía un papel que era ideal para mí, en una serie que se iba a rodar en Segart. En principio le dije que no, que estaba ya jubilada y no quería hacer nada. Pero entre mi marido y mi hijo me convencieron, y la verdad es que no me arrepiento, porque a pesar del calor que soportamos, me lo pasé bomba: me sentí arropada y respetada por todos los componentes del equipo, desde los propios compañeros actores, hasta los técnicos y maquilladores”.
A los chicos les llamó el productor de la serie y ninguno pudo negarse. Lo de Pep Sellés fue una colaboración especial, de un día de trabajo. “Eran amigos –cuenta– y no podía decir que no. Además, fue muy divertido”. Juansa Lloret asegura que le hace ilusión que alguien cuente con él para hacer distintos papeles, aunque este hombre tímido, se transforma de tal manera que sus personajes no tienen nada que ver con él.
Sin embargo, Pep Sellés quiere hacer una reivindicación agridulce: “Lo frustrante es que después de dedicar una vida (con sangre, sudor y lágrimas) a esta profesión, notas que no hay un reconocimiento de actores valencianos que trabajen en la Comunidad. En cada trabajo tenemos que arrancar desde cero y así es imposible llenar los teatros porque no se nos conoce”.