Que se escondiera de sus propios compañeros… CARMINA REIG BATALLER. Politóloga – socióloga
– ¿Aceptaría venir a hablar con Pablo Iglesias en un acto la próxima semana?
– Sí, de acuerdo, iré. Había estudiado Ciencias Políticas porque la muerte de mi abuelo tras la guerra civil superó de por vida a mi madre. Yo había heredado sus silencios reprimidos.
– Oye, me han llamado para hablar con Pablo iglesias, ¿me acompañas?
– Claro, me apetece mucho conocerle.
Faltaban dos días para las elecciones generales cuando Elena y yo nos sentamos en las primeras filas de un teatro abarrotado de gente y de medios de comunicación. Mi conversación con el nuevo líder Político me inclinó a seguir conociendo su proyecto y me matriculé en un Master de Política Mediática que se impartía en Madrid donde le tuve de profesor.
La desorganización del Master, aunque era considerable no me llegó a desmotivar porque el recuerdo de las historias que contaba mi abuela cuando yo era pequeña, el resonar de su sufrimiento, el deseo de recuperar la identidad familiar robada por aquel entonces para mantener la apariencia en la sociedad de postguerra, junto al silencio de su muerte por haber sido republicano, me mantenían atenta al nuevo partido, como si en el fuese a encontrar alguna respuesta que necesitaba saber.
Ya en mi ciudad me impliqué…..en Podemos Alcoy, donde continúe testificando el mismo modelo de desorganización. El formar parte de la ejecutiva me propiciaba enterarme de todo lo que se estaba cociendo a la interna. Ya no se abusaba solo de los alumnos del Master sino de toda la gente que estaba apoyando a Podemos. Ante este despropósito tan dañino decidí explicar en asamblea lo que se estaba fraguando de cara a las elecciones municipales, por intereses personales y a espaldas de los inscritos. Cumplir con la responsabilidad de la transparencia que tanto me había enseñado Pablo en el Master me trajo una amenaza de denuncia de mis propias compañeras pues al decir la verdad, descubría su maniobra para meter a familiares y amigos en los puestos de salida de las listas.
Aquí llegó la respuesta a esta frase de mi abuela que escuche tantas veces en mi niñez y que ahora reaparecía con fuerza para hacerse consciente “le dije que se escondiera de sus propios compañeros… pero él no me hizo caso… confiaba en ellos…” en una milésima de segundo entendí el significado de mis cuatro años en Podemos, os lo quiero transmitir porque si dejamos que el tiempo enquiste lo silenciado, nos arriesgamos a llegar a extremos tan insospechados como el que se nos impida tener voz durante varias generaciones más.