Por qué no en Alcoy
En la edición del sábado 23 de febrero este periódico publicó dos noticias que despertaron mi curiosidad, a la vez que me produjeron cierta indignación. Nada menos que, en la página 8, nos comunicaba que el Consell ha presupuestado 700.000 euros para la instalación del museo del textil en Ontinyent, y en página 20 anunciaba la reapertura del museo del papel en Banyeres, lo que confirmó en el número del martes último.
Y en Alcoy tocando el violón.
El museo del papel se montó en Banyeres sencillamente porque, en los años ochenta-primeros noventa del pasado siglo, arrogantemente se despreció la oferta de que se estableciera aquí, que era la ciudad indicada por historia y tradición, dicho sin minusvalorar en absoluto a la fraternal Banyeres, y ahora no es que se repite la altivez, no, aunque no sé si es más doloroso, puesto que de nuevo mientras nos embobamos en quimeras y proyectos fachendosos pasa el tren de “El Dorado”, y Alcoy se queda sin el museo de la industria textil. Sin el del papel, el del textil, y no sé cuantas realizaciones.
Téngase en cuenta que ahora los trenes que pasan, y no vuelven, no son el expreso, son trenes AVE, que por cierto hay que cogerlos al vuelo.
Qué dirían de su Alcoy aquellos Anselmo Aracil, Mossen Vicente Albors, Pedro Cort Perotín, Rigoberto Albors, y tantos otros; y no digo si se enterasen de lo que se ha perdido, o ha sido imposible establecer.
Se me dirá que la industria y las nuevas formas de producción han sufrido una gran transformación, y ciertamente la informática, con el mundo de internet, han revolucionado totalmente la industria, el comercio y, en definitiva hasta la sociedad, el estilo de vida y el ocio, y que concretamente en Alcoy tenemos buena prueba de ello, lo cual no es óbice de que al mismo tiempo se siga sin subirse a ese tren que corre tanto, y lo peor es que los más veloces –los supersónicos nos sobrevuelan sin tan siquiera mirarnos, tal si no existiéramos.
Las aludidas dos noticias me han suscitado la curiosidad de averiguar por qué perdemos esos trenes, y me causan pesar.