Mejoría

Son tantas las decepciones que se amontonan en la memoria del aficionado blanquiazul, que cualquier atisbo de mejoría, por insignificante que sea, supone todo un acontecimiento. El domingo los pocos que se congregaron en el Collao, no pudieron marcharse satisfechos porque el Alcoyano no ganó, ni siquiera marcó, pero al menos no hubieron al final del encuentro eso pitos de hartazgo que se habían escuchado en los dos últimos partidos de casa contra Ejea y Peralada. Hubo indiferencia, eso sí, porque ni siquiera hubo lamentos por el penalti a De Lerma por un claro plantillazo de un defensor del At. Baleares que llegó tarde al cruce. En otros tiempos no demasiado lejanos, el colegiado se hubiera llevado una sonora pitada de la grada al retirarse a vestuarios. Por no haber, ni se calentó el ambiente, solo cuatro protestas sin demasiado convencimiento y poco más. El colegiado pudo seguir el resto del partido pitando con comodidad y también enfiló el pasillo hacia vestuarios como si no hubiera pasado nada. Ni siquiera las declaraciones después del partido sirvieron para cuestionar la actuación arbitral, porque ahora mismo lo único que preocupa y se ha convertido en toda una obsesión de puertas hacia adentro del vestuario, es el gol. Salieron a hablar tras el partido Vicente Mir y De Lerma y cualquier frase terminaba en lo mismo. Es como si de repente hubiera la necesidad de justificar muchas decisiones erróneas. En esa permanente reconstrucción que está siendo el Alcoyano de esta temporada, se vio algo de luz en el enésimo dibujo táctico de Vicente Mir. Tras la pobre segunda parte del Mini Estadi, eché en falta soluciones tácticas que llegaron mal y a destiempo. Ante el At. Baleares decidió adelantar a De Lerma con Córcoles como ancla por delante de la defensa. Con el extremeño más cerca del área, el equipo perdió salida del balón en el centro del campo pero en cambio ganó presencia en ataque. Se vio a un Vicente más enchufado al equipo, igual como las bandas estuvieron más conectadas al juego del equipo. Fue el Alcoyano que más se acercó al ideario de Vicente Mir con presión alta y acciones rápidas sin muchos metros por delante. Faltó el gol, está claro. Pero por algo hay que empezar y el partido del domingo puede ser un buen prólogo de la segunda vuelta

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