Arma de doble filo
El estreno liguero frente al Barça B se presentaba como un arma de doble filo. Y más tras conocer que el Deportivo llegaba a esta primera cita de la temporada con importantes y significativas bajas sin Omgba, Anaba y Nieto. Pero igual que podía ser un dardo envenenado que viniera a avivar lo sucedido en la Copa Federación que dejó a más de un aficionado con la mosca detrás de la oreja, el equipo podría encontrar frente a un rival llamado a estar arriba aunque aún le chirríen muchas piezas del engranaje, ese estímulo y la ocasión propicia para meterse a la grada en el bolsillo. Posiblemente este Alcoyano no sea para paladares gourmet, entre otras cosas porque no está confeccionado con ese propósito, pero en cuanto a actitud, implicación y generosidad en el esfuerzo seguramente se encuentre al mismo nivel de hace dos temporadas con Seligrat sentado en el banquillo blanquiazul. Entonces aquel equipo era una máquina bien engrasada que aprovechaba cualquier resquicio del rival para ganar los partidos. En el Alcoyano de Vicente Mir quizás haya mayor fantasía a la hora de hacer un fútbol más alegre y menos metalúrgico. Cuenta con Eldin –veremos el alcance de su lesión–, están Óscar Díaz y Nieto, tres jugadores con muchas horas de vuelo en el fútbol profesional, lo mismo que De Lerma. Alberto Rubio y Bryan Reyna pueden ser dos excelentes abrelatas por banda, mientras que Rubio sorprendió por sus movimientos dentro del área y su calidad a la hora de definir. Sin olvidar a Hermosa, que le ha quitado el puesto a Navarro, que en este equipo son palabras mayores. Ganar siempre gusta y más cuando por delante está la ilusión de abrir una nueva etapa, pero sobre todo fue muy importante de cara al futuro ver la reacción de la afición, sentir que la magia del Collao ha vuelto después de lo mal que lo pasaron el pasado curso los seguidores blanquiazules. El grito de ¡Deportivo, Deportivo! volvió a repetirse como hacía tiempo no se escuchaba. El Collao, como quería Vicente Mir el viernes en la víspera del partido, volvió a ganar partidos. Bien está lo que bien empieza.