El efecto Pigmalión. ENRIQUE PEIDRO. Cs Alcoy
De un tiempo a esta parte, aquellos que siguen en redes sociales el perfil oficial del Ayuntamiento de Alcoy y, en particular, de algunos de los miembros de su equipo de Gobierno, deben tener la impresión de que nuestra ciudad representa la Arcadia renacentista, un paraíso terrenal en el que todo es maravilloso, reina la felicidad y sus habitantes vivimos en un ambiente idílico.
Como un mantra autoimpuesto, el hashtag #AlcoiEnPositiu se ha convertido en la etiqueta que acompaña inexorablemente todas y cada una de las publicaciones con las que los ediles socialistas tratan de convencernos a los alcoyanos de que todo es color de rosa gracias a su impecable gestión. Paradójicamente, basta con salir a la calle y hablar con la ciudadanía para darse cuenta de que la percepción que se tiene de la situación dista, y mucho, de ser tal y como pretenden vendérnosla. Y no digamos nada si nos dedicamos a navegar por las redes sociales, donde aparece un panorama apocalíptico… Ante este brutal contraste de opiniones, surge una duda razonable con respecto a la actitud del Gobierno local y los miembros socialistas del mismo. ¿Realmente se creen lo que nos están contando? ¿O se trata, simple y llanamente, de un ejercicio de marketing preelectoral?
Como suele ocurrir en la mayoría de ocasiones, la virtud se encuentra en el término medio. Es decir, en el centro, en la moderación, en la objetividad. Muy posiblemente, la actualidad en Alcoy no sea ni tan halagüeña como nos pintan unos, ni tan catastrofista como nos la quieren mostrar los otros. Se están haciendo cosas bien hechas, hay proyectos interesantes y gestiones loables, cuyo mérito hay que reconocer e, incluso, aplaudir. Pero también es cierto que hay muchos aspectos que mejorar, ante los cuales no nos podemos poner una venda en los ojos ni, mucho menos todavía, falsear la realidad presentándolos de un modo irreal y distorsionado.
A lo largo de esta legislatura, que ya encara su recta final, desde Ciudadanos (Cs) Alcoy hemos desempeñado esta doble misión. Por un lado, hemos apoyado al Gobierno municipal en todas aquellas gestiones y proyectos que se han considerado interesantes para nuestra ciudad. Sin embargo, por otra parte, también hemos sido críticos con aquellos aspectos que no nos gustaban y que creíamos que cabía mejorar. Todo ello, por supuesto, aportando ideas e iniciativas. Propuestas nuevas en algunos casos y soluciones originales en otros. Es decir, haciendo una oposición responsable y constructiva.
Ahora se agota la legislatura. Es momento de empezar a pensar en el futuro. Y, a diferencia de otros partidos, no nos preocupa tanto el nuestro propio como el de nuestra ciudad. Así pues, aunque seguiremos con nuestro rol de oposición con la misma actitud colaboradora que hemos mostrado desde el principio, todos aquellos que formamos parte de Cs en Alcoy (concejales, directiva, afiliados…) nos encontramos ya comprometidos en preparar un proyecto ilusionante para que esa ciudad idílica que nos pintan desde el partido socialista se convierta en realidad a medio plazo, con los matices propios que nos caracterizan, claro está. Para que no sea un burdo truco de marketing en el que Alcoy no es más que una utopía irrealizable, sino que, en su lugar, se conviertan en realidad esas expectativas que tenemos la gente de nuestro partido de que podemos conseguir que nuestra ciudad vuelva a ser atractiva y nos sintamos orgullosos de vivir (¡y trabajar!) en ella. Que se produzca eso que se conoce como “efecto Pigmalión”, mediante el cual una persona (en nuestro caso, todo un partido) consigue lo que se proponía previamente a causa de la creencia de que puede conseguirlo. Nosotros nos lo creemos. Pero hace falta que vosotros también.