400 km por una buena causa
Cuatro alcoyanos disputan una ultra en Cartagena y recaudan 3.000 euros para Coratge
Cuatro runners de nuestra ciudad, especialistas en devorar kilómetros, decidieron unir esfuerzos por una buena causa. Su motivación fue recaudar fondos para Coratge, la asociación de familiares y afectados con daño cerebral, a través de un reto deportivo, que no fue otro que participar el sábado en la Backyard Ultra de Cartagena, una curiosa prueba de resistencia que tiene su origen en Estados Unidos y que se disputa en un circuito de 6,706 kilómetros.
¿Cuál es la razón de esta distancia? Su creador quería completar 24 vueltas con la intención de alcanzar las 24 horas y así conseguir recorrer 100 millas o 166 kilómetros. Un formato que la hacen una disciplina única, porque el participante tiene que completar los 6,706 kilómetros en una hora. Si sobrepasa ese tiempo, queda eliminado, y si alcanzar esa distancia en menos tiempo, es el margen que tiene para descansar antes de dar la siguiente vuelta. Si lo ha hecho en 50 minutos, por ejemplo, tiene diez para recuperar.
La prueba termina en el momento que queda un solo corredor. Se trata de una nueva modalidad del trail running que poco a poco va extendiéndose en nuestro país, convirtiendo su práctica en todo un ejercicio de resistencia y estrategia. En Cartagena se dieron cita más de un centenar de runners de toda España, entre los que estaban los alcoyanos Pablo Verdú, Nahum Llorens, Andrés Astrúa y Jacobo Martínez.
Los cuatro quisieron aventurarse en esta nueva disciplina con una estimulación extra y por una buena causa. Su motivación fue plantearse este reto deportivo sabiendo que su esfuerzo iba a ayudar a otras personas en su dura lucha diaria. “Son pacientes que necesitan terapias presenciales muy costosas económicamente”, explica Pablo Verdú, entrenador personal y profesional que trata de mejorar el día a día de estas personas con daño cerebral a través del entrenamiento deportivo.
Fue así como surgió la campaña “Apadrina un kilómetro” con la que se ha buscó atraer la atención para que el máximo de gente colaborara en este proyecto solidario. “Al principio eran reacios, no les convencía la idea de salir a la calle a pedir dinero, cuando lo que se estaba pretendiendo era conseguir una ayuda para la asociación y las personas que pudieran tener tratamientos más dignos”, recuerda Verdú.
Así fue como se empezó a hablar con los más allegados, familiares y amigos, luego se amplió el abanico a comercios y empresas locales, que han colaborado aportando productos que han servido para configurar dieciocho lotes, que se sortearon a la vez que se disputaba la prueba. Cada persona que decidía colaborar con un mínimo de 2 euros apadrinaba cada kilómetros que realizaban estos cuatro runners solidarios.
En total han sido 3.000 euros los recaudados. Los cuatro tomaron parte como equipo. Quien menos recorrió, hizo 70 kilómetros y quien más, se fue hasta los 108 y estuvo 16 horas sin parar.
En total, acumularon 380 kilómetros como equipo. “Estamos muy contentos, más que por el resultado deportivo, por la satisfacción de haber podido ayudar a estas personas. La gente ha respondido colaborando de la manera que podía y para nosotros ha sido una motivación extra. No sé si esto dará paso a nuevos retos, el tiempo lo dirá”, confesó Pablo Verdú.