Enrile
Está visto que los milagros en deporte existen, de lo contrario no se explica que un equipo que hace tres jornadas estaba totalmente deshuciado, a nueve puntos de la permanencia y mirando cada semana lo que hacían sus rivales directos porque una victoria les condenaba al pozo del descenso, haya logrado salir de la UCI y lo que es más gracioso aún, ha trasladado toda la presión a Lleida y Lloret que ahora están con la soga en el cuello y al borde de un ataque de nervios.
Está claro que la permanencia le sigue quedando a dos puntos, pero ahora mismo en Lleida no deben tener muy buena cara pensando que deben recibir al Barça, una auténtica trituradora de rivales que sale a más de cinco goles por partido de media, lo mismo que en Lloret tampoco dormirán tranquilos esta semana sabiendo que han de jugar en la pista del Voltregà, que se está jugando entrar en Europa. Las cuentas de los de Diego Mir pasan inexcusablemente por ganar sí o sí al Igualada y esperar que uno de los dos pierda.
La lógica hacer pensar que es el Lleida quien peor lo tiene al jugar contra el Barça, pero también es verdad que el Lloret llega muy tocado a este final con solo una victoria y un empate en las últimas nueve jornadas. En el Enrile no son ajenos que en un campeonato como la OK Liga con trece equipos catalanes de dieciséis pueda existir cierta connivencia a barrer hacia casa si con ello, las arcas de los clubes mandan, se consigue abaratar presupuestos y se evitan así desplazamientos de muchos kilómetros. Unas alianzas que quedaron al desnudo en el partido Voltregà-Maçanet de hace dos jornadas. Los locales ganaban 6-2 y en los últimos siete minutos el Shum fue capaz de anotar cinco goles para darle la vuelta al marcador y vencer 6-7, un resultado que aún le daba alguna esperanza de seguir soñando con la salvación.
En el Enrile tratan de mantenerse ajenos a todo lo que se pueda cocer en los despachos y centrarse en hacer bien su trabajo, que pasa por ganar el sábado, aunque en la entidad azulgrana son conscientes de que no son muchos los equipos que aprueban ver que caen tres equipos catalanes a Primera División para que al final salve su cabeza uno de la lejana Alicante.