Emilio Turrión vuelve a la carga

La cabeza de Emilio Turrión no deja de trazar líneas imaginarias sobre mapas del mundo con los que luego sueña visitar con su inseparable Vespa T5 de 1989. Acaba de llegar de Menorca pero vuelve a subirse otra vez a lomos de su fiel compañera de viaje. Mañana, rodeado de compañeros del Vespa Club Alcoy, Clásicos Cocentaina y de amigos moteros, saldrá de Muro en dirección a Albacete para cubrir los primeros kilómetros de los 8.000 que tiene previsto completar en el próximo mes y medio.

En esta oportunidad ha elegido las Islas Shetland, conjunto de islas que se encuentran a unos 120 kilómetros de distancia de las costas de la Antártida, un lugar de una exhuberante naturaleza a las que accederá tras cruzar todo el Reino Unido y visitar un lugar con tanta tradición motera como es la Isla de Man. “Se trata de parajes que siempre me han atraído mucho visitar”, se justifica este farmacéutico murero que anda volcado en dar rienda suelta a su espíritu aventurero, el cual le ha llevado a viajar por los cinco continentes. Una pasión que heredó de su madre, Elia Gozálbez, en su momento cronista de Muro y una viajera empedernida.

“Llevo alrededor de 60 países visitados. A principios de año estuve en Nepal y Sri Lanka involucrado en una labor altruista. Acabo de venir de Menorca y llevaba un tiempo pensando en este viaje. No me considero un motero, soy un vespista”, zanja Emilio Turrión.

Entre sus proyectos personales ha estado viajar a La Antártica en un barco científico, al Amazonas en lancha recorriendo Perú, Colombia y Brasil, a Canadá en autocaravana, Etiopía, Sudán y Sudáfrica en todoterreno, India, Tailandia y China en tren, Australia, Tasmania, Nueva Zelanda y EE UU en coche e islas como Maldivas, Malta, Mauricio o Sicilica en velero. Además en un buque mercantil recorrió la costa francesa, Azores y Caribe (Guadalupe y Martinica), mientras que recorrió en autobús países tan distintos como Indonesia, Argentina, Siria o Grecia.

“¿Por qué, en Vespa? Te da una sensación de libertad mucho mayor que con otros medios de transporte. Al ir a 70 u 80 km/h disfrutas bastante más del entorno, te permite estar más cerca de la naturaleza, encontrar rincones ocultos que de otra forma no los verías. Me atrae mucho la sensación de estar solo. También la gente te mira de manera distinta, te trata mejor. Yo he llegado a meter la Vespa en el hall de un hotel. Eso con otra moto no pasaría. Te hace sentir más vivo que nunca”, desvela.

En este viaje pasará por Burgos donde se reencontrará con otro aventurero al que conoció el año pasado en Cabo Norte. “Estuvimos apenas tres horas juntos pero nos sirivió para entablar una amistad que hemos ido haciendo más fuerte estos meses. Él iba en autocaravana y me invitó a pasar. Hacía un día de perros. Son experiencias que te hacen sentir especial y es lo que busco. Podría ir en una BMW y hacer la ruta en la mitad de tiempo, pero no sería igual, no lo disfrutaría de igual manera. Más que el frío o la lluvia, me preocupa más el calor y las altas temperaturas”.

Serán 8.000 kilómetros hasta las Islas Shetland tras pasar por Gales, Isla de Man, Irlanda y Esocia y regresar por Inglaterra (Canal de La Mancha), Francia (Normandía) y vuelta a España. “Las condiciones meteorológicas durante estas fechas pueden ser incluso más extremas que en Noruega y Suecia”, apunta el murero.

Será el cuarto verano consecutivo a lomos de su T5 125 cc en los que ha visitado 20 países y recorriendo más de 30.000 kilómetros. En 2014 con un Vespa Súper de 1967 acumuló 4.000 kilómetros por España. Al año siguiente dio el salto a Francia e Italia y recorrió 5.000 kilómetros, en 2016 viajó hasta Polonia y llegó a los 6.000 kilómetros y fue en 2016 cuando cumplió uno de los sueños de muchos moteros: viajar hasta Cabo Norte. “Fueron 70 días fuera de casa y cerca de 14.000 kilómetros. Hubo jornadas en las que llegué acumular etapas de hasta 450 kilómetros. Este año no será tan duro, acumularé 40 días de viaje y como mucho haré etapas de 300 kilómetros, son kilómetros pero no tantos como en Cabo Norte”. Y como su cabeza no para de imaginar, para 2018 ya tiene dos posibles proyectos en mente. Al ser año de Mundial, no descarta ir a Rusia en Vespa o cruzar el charco y recorrer la Ruta 66 con su R5 125.

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