Emilio Turrión cruzará Europa en Vespa hasta Cabo Norte
Una treintena de vespistas de toda la zona quisieron arropar al murero Emilio Turrión que el domingo inició un viaje en Vespa que le llevará a cruzar toda Europa y llegar al Cabo Norte, el punto más septentrional del continente. Un almuerzo en la Plaça Matzem que aprovecharon amigos y aficionados de este legendario scooter para dar el último adiós antes de subirse a su TS 125 y se pusiera en marcha. Muchos de ellos le acompañaron por el puerto de Bellús hasta Xàtiva donde este farmacéutico de Muro siguió la ruta marcada por su cuenta y en solitario.
Por delante dos meses en los que cruzará Europa de una punta a la otra. Casi 12.000 kilómetros para ir y volver de Cabo Norte, considerado como el punto más septentrional del continente. Su intención es subir por Bélgica, Holanda y Dinamarca para después dar el salto en ferry hasta Suecia y llegar a Noruega, país de destino final. El regreso lo realizará por una ruta distinta, que le llevará por Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, República Checa, Alemania, Austria, Italia y acabar el 25 de julio en Roma. “¡Qué mejor que lugar para finalizar el viaje con una Vespa que la capital italiana!”, exclama Turrión.
Cuenta que esa necesidad de hacer viajes fuera de lo común surgió hace cinco años cuando decidió cruzar el Atlántico de la manera menos convencional: en una un buque mercante en el que era el único tripulante civil en un pasaje con marineros rumanos y franceses. Aquello le marcó para siempre. Hijo de Elia Gosálbez, cronista de Muro y una viajera empedernida que le contagió esa necesidad por conocer mundo, hace cuatro veranos quiso hacer algo diferente y eligió su Vespa 125 Super de 1967 para hacer turismo. Aquella primera aventura terminó con 3.500 kilómetros cruzándose media España. Subió hasta Burgos, luego se fue hasta Salamanca y acabó en Córdoba antes de regresar a Muro. Todo en tres semanas. “No soy motero, soy vespista”, matiza a modo de reivindicación. Hace tres años, con la excusa de visitar un socio del Vespa Club Alcoy que vive en Turín, se recorrió toda la Costa Azul con la TS 125 negra hasta completar 4.500 kilómetros en tres semanas, “todos por carreteras secundarias, no me gustan ni las autopistas ni las autovías”, subraya.
Hace dos años de nuevo quiso poner pie en Europa, pero buscó ir al norte. Desde siempre le ha atraído Polonia y fue hasta Cracovia con la particularidad de que no pasó por Francia, cogió un ferri tanto a la ida como a la vuelta entre Barcelona y Génova –”quería evitar pasos que ya conozco– y subió por Austria y la vuelta la hizo por Hungría, Eslovaquia, Croacia y Eslovenia. Fueron 6.000 kilómetros.
Mientras iba consumiendo kilómetros, se iba preparando mentalmente para su siguiente reto: Cabo Norte, el gran mito motero. “Es la ilusión de cualquiera que le guste montar en moto y hacer kilómetros”, sostiene. Después cuando se le pregunta las razones por las cuales ha elegido una Vespa y no una moto de gran cilindrada, Emilio Turrión no se anda por las ramas: “Me gusta la incertidumbre de lo que pasará mañana y la seguridad de que cualquier imprevisto voy a poder solucionarlo. Es lo que tiene ir en Vespa, formas parte del paisaje y la gente te trata de diferente manera”.
Su único temor es la climatología, de todo lo demás dice estar ya vacunado. Por eso ha elegido los meses de junio y julio para evitar las bajas temperaturas y una posible nevada. “Mi intención es subir de una manera más conservadora, en unos 40 días, y bajar más de prisa. Calculo que en 30 días puedo estar de vuelta”. Su único aliado será un GPS que se ha hecho instalar, “más que nada para perder el mínimo de tiempo al ser un viaje tan largo”, puntualiza. En las dos alforjas que colgarán de los lados de la moto guardará una bandera de España. Su viaje coincidirá con la Europa y no quiere desaprovechar la oportunidad de hacer patria. Su próximo reto le puede llevar hasta Pekín.