El Trabajo regresa a escena con ‘La casa de los siete balcones’
La Sociedad El Trabajo llega de nuevo a escena y lo hace hoy viernes y mañana sábado con la obra ‘La casa de los siete balcones’, original de Alejandro Casona. Será el Teatre Principal (a las siete de la tarde) el que acoja este nuevo montaje de El Trabajo, bajo la adaptación y dirección de Ignacio Miró, quien vio esta obra hace años, le gustó y ahora está al frente de este montaje.
La acción se sitúa en 1890, en una mansión solariega rural en la que reside Genoveva, una mujer que ha enloquecido por amor y quien está a cargo de su sobrino Uriel, huérfano de madre. La relación de Ramón, padre de Uriel, y Amanda, ama de llaves y su amante, hace que la vida en la casa dé un vuelco. Es una obra en la que se refleja la necesidad de escapar de una realidad cruel y de buscar la felicidad, aunque sea en fantasías.
El director ha respetado la obra original y únicamente ha realizado adaptaciones puntuales con el fin de ganar fluidez. No oculta que se trata de “una obra difícil, con características muy particulares y personajes complejos”, y son muchas las vicisitudes que han tenido que pasar a lo largo de un proceso que se inició hace algo más de un año y hasta llegar a la puesta en escena, por lo que sólo tiene palabras de agradecimiento para todo el equipo, tanto los actores y actrices como para quienes están en la parte técnica. Está satisfecho con el trabajo realizado y resalta “la entrega, comportamiento y esfuerzo de todo el equipo humano”, del que destaca además el afán de superación. Varios de los actores se han enfrentado por primera vez a un drama, y el director está contento de la evolución y del resultado final.
Ignacio Miró tenía claro en su mente cómo quería que ‘La casa de los siete balcones’ subiera al escenario en Alcoy, de la mano de El Trabajo, y así lo ha transmitido a los actores y actrices. No oculta que se despierta por las noches pensando en el montaje repasando cada escena, cada detalle, dándole una y mil vueltas, hasta llegar al momento actual, ya en la recta final de los ensayos.
Un reto para los actores
Compartir uno de los últimos ensayos de ‘La casa de los siete balcones’ permite comprobar que el equipo se ha compenetrado y todos coinciden en la complejidad de la obra, como también en que están disfrutando mucho y en que les ha permitido evolucionar. En este sentido se pronuncia Enrique González (Ramón), quien con un papel protagonista apunta que “vengo de la comedia y aquí me he encontrado con un drama, con un personaje con muchos matices. Nunca sabes si llegas al cien por cien, el actor nunca está plenamente contento”, unas afirmaciones que pronto tienen respuesta entre sus compañeros y director, valorando positivamente el resultado. Pepa Taléns, en el papel de Amanda, coincide en que procede de la comedia y que ha asumido este papel como “un reto grandísimo”.
Lola Calafí, desde su papel protagonista de Genoveva –quien espera desesperadamente una carta que no llega–, destaca el hecho de que “tiene que gustarte y disfrutar con lo que haces, pues son muchas las horas, los días que se dedican a aprender el papel y a buscar perfeccionarte. Pero el aplauso del público lo compensa todo”. Y ella, sin duda, disfruta con lo que hace y de ahí el resultado.
Un actor como Miquel Martí (D. Germán), con una larga experiencia, sale al paso en la conversación asegurando que “se sufre mucho. El miedo a quedarte en blanco está ahí… pero el teatro te ayuda a sentirte vivo”, mientras que Juan Nicolás (Antón) disfruta con una experiencia que para él es toda una novedad, y Paqui Albeza (la madre) se enfrenta a un papel que llega del más allá.
El reparto ha incluido papeles para todas las edades y Anna Santamaría (Rosina), Ángela Llopis (Alicia) y Adrià J. Paterna (Uriel) aportan esta juventud cargada de ganas, que ensayan a diario y disfrutan con la experiencia. Todos escuchan las explicaciones e indicaciones del director, porque coinciden en que es una forma de aprender. Se califican actores vocacionales, que suben a escena por amor al arte, y valoran los aplausos del público, que compensa todos los esfuerzos. El cuadro artístico se completa con Germán Vicéns (el abuelo), mientras que el ayudante de dirección es Enrique González, quien también es actor y ha trabajado en la escenografía, junto a Ignacio Miró y Manolo Navarro, y el vestuario corre a cargo de Tere García. Un completo cuadro técnico hace posible que esta obra llegue a escena. De un tiempo a esta parte ensayan a diario, incluso domingos, destacando el director que disponen de un buen local para hacerlo en la sede de El Trabajo, donde se encuentran muy a gusto y agradece el apoyo de la entidad.
Las localidades pueden adquirirse de manera anticipada en El Trabajo, de 11’30 a 13 horas y de 18 a 20 horas, en las oficinas del Principal de lunes a viernes de 10 a 14 horas y de 16 a 18 horas, y los días de función dos horas antes del espectáculo. También pueden adquirirse en instanticket.