El mayor espectáculo del mundo

E l pasado sábado, al mismo tiempo que se celebraba el pregón de la Semana Santa, se iniciaba la cuenta atrás para aquellos que han de rendir cuentas cada cuatro años. Señores, falta poco menos de un año para que se celebran las elecciones municipales. Para algunos comienza un Vía Crucis que nadie sabe cómo puede acabar.
Prepárense para ver y oír cualquier cosa, porque lo que puede ocurrir a partir de ahora resulta imprevisible, como en el mayor espectáculo del mundo. Y la política alcoyana es, en estos momentos, algo así como un circo, con dos jefes de pista bajo una misma carpa y un espectáculo al frente del cual está el bipartito al que, como se suele decir, le crecen hasta los enanos. Sentencias, crisis, pactos que saltan por los aires y otras historias han dejado la carpa bajo la que se cobijan hecha unos zorros y con nueve concejales mutiplicándose para que la magia del circo continúe. Pero mientras venden entradas, sirven palomitas y saltan a pista a hacer las más increíbles piruetas corren el riesgo de que les caiga la lona encima. Tampoco es que el resto de artistas brillen demasiado. En ese circo, el número estrella, el del PP, se ha hundido. Del espectacular número hoy queda una jaula con leones enfrentados y de la que el domador y algunos de sus ayudantes salieron por piernas temerosos de que se los comieran las fieras. Y da la sensación que nadie quiere entrar en esa jaula a poner orden. El Bloc, ahora Compromís, son los trapecistas. Han saltado de un lado al otro, arriesgando, confiando en su suerte y en un líder que se dejó caer a la red hace ya unos meses para alejarse de unos focos que les iluminan desde aquella su gran noche, la de aquel 22 de mayo de 2011. Muchos siguen pendientes de sus piruetas y sobre todo de sus decisiones. Porque ahora mismo, aunque nadie duda de su importancia, no está muy claro si van a seguir como trapecistas o se convierten en funanbulistas. Lo suyo, en cualquier caso, tiene riesgo. Y ese circo se completa con tres personajes que nadie sabe muy qué son y qué hacen. Son tres estrellas a los que ha tragado la implacable vorágine del tiempo. Se resisten a dejar la pista y preparan un brillante e innovador número para la próxima temporada de un circo en el que, en realidad, ya todo está visto. Menudo circo tenemos montado.

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