El gol lleva su nombre

Aitana Girbes sonríe cuando piensa en aquellas primeras carreras detrás de un balón junto a su hermano. Fue como un amor a primera vista. Hasta que un día con 10 años le vio jugar Juanjo Valls y el fútbol sala llegó para quedarse en su vida para siempre. “De pequeña lo único que hacía era correr, había otras compañeras con más calidad, pero yo no paraba, era persistente”. Así, casi sin pretenderlo, se forjó una jugadora con un don especial, el del gol. “Pensar que algo se te da bien y lo consigues hacer como tú quieres, es algo muy grande. Marcar es como un subidón, me da mucha energia”, explica.

La 6 del Santa Rosa se ha marcado dos desafíos para esta temporada. Retornar a Segunda División tras el descenso de hace dos cursos y acabar en lo más alto de la clasificación como mejor goleadora de la Liga Autonómica. Para lo segundo, se encuentra en el buen camino. Lo primero, está más complicado.

UN CASO ESPECIAL

Dice que los actuales son tiempos diferentes a los suyos: “Quizás ahora no hay ese sentido de jugar en equipo como había antes, nos estamos hacieno más individualistas. Yo empecé en el patio del colegio El Romeral influenciado por un hermano mayor. Me vio Juanjo Valls y me dijo si quería entrenar con ellos. Para mí es más que el entrenador del equipo, es como un hermano mayor. Son muchas cosas, pero en una época tan difícil como la adolescencia supo inculcarme valores como el de la disciplina que me han servido en el día a día. Más que un equipo somos una gran familia. Aún recuerdo los años que estuvimos en Segunda División. De fines de semana metidos en una furgoneta, viajes primero a Andalucía con desplazamiento hasta Cádiz y después a Cataluña. Cuando ganabas era una fiesta, pero con las derrotas y pensar que aún te quedaban cinco o seis horas de viaje, se pasaba bastante mal”.

Con 24 años y diez saliendo a jugar cada fin de semana, se ve en plena madurez deportiva. Ese posiblemente sea el secreto para que sus estadísticas goleadoras no paren de crecer en las últimas temporadas. El curso pasado, el primero tras el descenso de Segunda Nacional, hizo 40 pero no consiguió ser la mejor goleadora de la Liga Autonómica. Este año lleva 23 en 11 jornadas y de momento va en cabeza: “Sería bonito, aunque no me considero una goleadora pura, creo que lo mío es más insistir y correr que de inspiración. De los 40 que conseguí el año pasado, 30 fueron de perseverar y 10 por calidad. Lo que sí es verdad que disfruto más que antes. Ahora mismo no entendería mi vida sin el fútbol sala. Quizás estoy en mi mejor momento. He madurado y proceso mejor las cosas dentro de una pista, entiendo mejor el juego. Posiblemente también estemos en la categoría que mejor se adapta al equipo que somos. En Segunda División no lo haríamos mal, son muchos años juntas, pero es una locura por la cantidad de horas que tienes que dedicar. En mi caso, yo trabajo, pero hay cuatro compañeras que son madres”.

Send this to a friend