El fútbol local sale de su escondite

Poco o nada queda de aquellos años en los que el fútbol local era el termómetro para medir la salud de nuestro deporte. Su liga era un auténtico fenómeno a nivel social en la ciudad, vivero de jugadores que luego fueron figuras en el Alcoyano o los equipos de nuestro entorno, pero los nuevos tiempos, un cambio generacional y el afán de convertir la formación en un negocio le lanzaron hasta el abismo actual.
Empezó el goteo de clubes que desaparecieron, las ligas infantiles, cadetes y juveniles dejaron de existir, la categoría de aficionados está en unos mínimos históricos, mientras que amparados por la propia Federación que veía que sus ingresos iban en aumento, se puso de moda el competir en las ligas regionales.

Esa especie de fiebre por salir a jugar fuera, impulsó a que muchos clubes y colegios dieran ese paso por la simple inercia que se había generado a nivel local, en la mayoría de casos sin ser conscientes de la decisión, ni estar preparados para lo que les esperaba fuera de nuestra ciudad, que incluía madrugones los sábados, toda una mañana en la carretera, rivales que eran una selección del pueblo, además de los padres debían de hacer frente a cuotas que normalmente triplicaban los costes de una competición local. Además de repercutir en la economía familiar, empezaron los casos de niños que se hartaban pronto de jugar al fútbol por el nivel de exigencia a una edad temprana o de jugadores que tenían que recular porque esas expectativas iniciales no se ajustaban a su verdadero nivel de juego.

Desde una representación de estos clubes, compuesta por Paco Moral (Pista), Javi Porras (La Salle), Germán Domínguez (Pare Vitoria) y Juan Vicens (At. Salesiano), se muestran muy agradecidos a la concejalía de deportes: “Desde un primer momento nos han ofrecido su apoyo y para nosotros ha sido muy importante este respaldo. Alberto Belda como profesor y entrenador en Vedruna sabe perfectamente la raíz del problema y es el primero que cree que hay que potenciar la recuperación de la liga local, primero por los propios niños, que muchas veces se llevan un gran desengaño, y después por los padres, quienes en su voluntad de querer hacer lo mejor para su hijo, se lanzan a una carrera que la muchas veces acaba en decepción, porque no todos pueden ser Messis o Cristianos Ronaldos”.

Germán Domínguez desvela que “la pasada jornada un equipo local perdió 15-1 en Aielo, lo lamentable de todo es que no es un hecho aislado y viene ocurriendo con bastante asiduidad. ¿Realmente vale la pena? Un resultado así ni educa al que gana, ni por supuesto al que pierde. Hemos llegado a un punto que se está desmadrando todo demasiado porque pensamos que en casa tenemos una mina de hacer dinero. El otro día escuchaba en la radio que hay jugadores que desde pequeños tienen ya representante. Eso nos lleva a niños que pronto se hartan del fútbol incapaces de seguir ese nivel de exigencia desde una edad tan temprana”.

De los cuatro, el único que ha sido jugador profesional ha sido Javi Porras, ahora al frente del fútbol en el colegio La Salle. “Son edades donde el niño tiene que formarse disfrutando. Se está perdiendo el hábito de hacer amigos. Antes todos nos conocíamos y era habitual estar hablando con jugadores de otros equipos. Irte a jugar fuera no solo tiene el problema de tener que coger el coche, gasto de gasolina y pasar toda una mañana fuera de casa, sino que muchas veces debes jugar a las 9 de la mañana en Canals y ello te obliga a tener que levantarte a las 6,30 de la mañana. Creo que ha habido mucha ignorancia en todos estos años donde parecía que todo valía, pero en ese afán por querer ir más lejos el gran perjudicado ha sido el jugador. Ahora tenemos muchos casos en la liga local de niños que se han cansado porque siempre jugaban los mismos y aquí están encontrando

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