El cuidado de la piel madura, según Germaine de Capuccini

Muchas son las preguntas que nos realizamos sobre las pieles maduras. ¿Qué características tienen?, ¿cuándo empezar a tratarla?, ¿a partir de qué edad se considera una piel madura?. Todas estas dudas las resuelven los expertos de Germaine de Capuccini.

Multitud de cosas cambian. Con los años el metabolismo de las células se hace cada vez más lento. A partir de cierta edad, la piel presenta unas características específicas: disminuye la cantidad y actividad de los fibroblastos, así como la síntesis de colágeno. Además la piel se deshidrata y se seca debido a la disminución de la vascularización y las secreciones sudoríparas y sebáceas. Asimismo se originan desórdenes en la pigmentación y aparecen las “manchas de vejez”.

Todo ello sumado a los factores exógenos que afectan y agravan diariamente a la piel: sol, tabaco, alimentación, entorno exterior… Al final todo esto se traduce en un rostro envejecido.

A pesar de que solemos hablar de piel madura a partir de los 35 años, la edad de inicio dependerá de la historia personal de cada uno, ya que la edad biológica no tiene por qué estar unida a las necesidades de la piel. Lo ideal para prevenir el envejecimiento de la piel, es iniciar los cuidados a una edad temprana, acudir al centro de estética de forma habitual y tomar las precauciones oportunas: protección frente al sol, estilo de vida saludable, alimentación… Todo ello ayudará a “prevenir” el envejecimiento prematuro, así como a lucir una piel bonita y saludable a largo plazo.

El espíritu se mantiene joven y dinámico pero el rostro comienza inevitablemente a cambiar. Adoptar una postura positiva frente a los signos de la edad es esencial. Lo más importante una vez cumplida cierta edad, es no querer aparentar menos años, sino llevarlos con elegancia, optimismo y naturalidad.

Es materialmente imposible tener una piel de 20 años llegados a cierta edad, por lo que hay que mimar a la piel con un tratamiento anti-edad global que mantenga el rostro sano, flexible y con vida, que preserve la belleza. Debe dar solución a los problemas que presentan las pieles maduras:

– Proporcionar confort e hidratación a la piel seca y tirante.

– Proteger y reforzar la piel frente a las agresiones del medioambiente.

– Estimular el conjunto de procesos de regeneración de la piel para recuperar firmeza.

– Aportar de luminosidad, así como corregir y disminuir manchas.

– Suavizar las arrugas existentes.

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