El Collao tiene la palabra

Se cumplió la tradición y el Alcoyano sigue sin ganar en el Camp d’Esports de Lleida, escenario que ha visitado en 14 ocasiones y solo en cuatro se llevó un empate, pero el empate hay que darlo por bueno. Lo extraordinario hubiera sido la victoria, pero siete puntos de nueve posibles después de aquellos tres días negros, en los que el equipo quedó apeado de la Copa y sufrió la que hasta ahora es la única derrota liguera, es un bagaje que hay que poner en valor. En Lleida se vio un partido más de sensaciones que de ocasiones. Poco a poco los de Palop van dejando atrás el periodo de rodaje y cogiéndole el aire a la competición. Cada vez son un equipo más reconocible y fiable. El partido contra el Villarreal B sirvió como punto de inflexión a todos los niveles, no solo al equipo y cuerpo técnico, sino también para la afición.

Haber perdido en Lleida hubiera significado retroceder otra vez después del buen sabor de boca que dejó ante el líder. Los de Idiákez venían de hacerle tres al Hércules y dos a L’Hospitalet y al Guijuelo en la Copa. Además, en un duelo tan igualado, en el que la moneda pudo caeer hacia cualquier lado, el Alcoyano fue capaz de aguantar el pulso y salir reforzado de la batalla del Camp d’Esports. Los blanquiazules son quintos a tiro de piedra del cuarto y el domingo tiene otra dura prueba de fuego. Viene el Reus. Los rojinegros son junto al Cornellà los dos únicos equipos del grupo que no conocen la derrota. Aún está muy fresca en la memoria lo sucedido hace diez días frente al Villarreal B. Si el Alcoyano es capaz de hacer lo mismo, le igualaría a puntos y se colaría de lleno en los puestos de promoción. El domingo, nada más terminar el choque de Lleida, se escuchó a algún jugador dirigiéndose a la afición consciente de la importancia del choque. Está claro que el play-off pasa por casa. El año pasado se escaparon demasiados puntos que luego se echaron mucho de menos. La pelota este domingo se encuentra en el tejado de la afición.

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