El abandono animal, la cara amarga del verano

Desde comienzos de verano las cifras de animales abandonados se han disparado, superando los datos de años anteriores. La Protectora de Animales de Ibi cuenta con unos 230 perros y 150 gatos, además de otros animales. La organización recibe una media diaria de tres perros, aunque el personal afirma que han llegado a recibir hasta siete animales por día. Vicenta Navarro, voluntaria y secretaria de la organización, cuenta que lo más destacado es el aumento del número de gatos: “En lo que llevamos de verano hemos recogido ya cuatro camadas en contenedores”.

El Ayuntamiento de Ibi finalizó el mes pasado con la ampliación de las instalaciones exteriores de la sociedad, ya que era necesaria dado el volumen de animales acogidos. Un vallado para definir el perímetro de los exteriores, un techado en una de las zonas y la pavimentación de una parcela de 90 m² en la zona de las gateras, son algunas de las mejoras que se suman a la correcta canalización de las aguas del albergue. El coste de estas obras asciende a más de 11.900 euros.

Desde la Protectora defienden que no cuentan con el personal y con los recursos suficientes para poder sacar adelante la entidad con la eficiencia adecuada. El aumento del número de mascotas ha provocado que haya perros que compartan jaulas individuales.

La sociedad recibe un presupuesto anual de unos 70.000 euros. Raquel Buzón, responsable de la sociedad, afirma que el año pasado el gasto de la entidad fue de 140.000 euros. Solo en comida, la protectora se gasta al mes un total de 1.500 euros, a los que se suman los alimentos especiales para aquellos animales enfermos y más débiles. Además, colaboran con otras protectoras de municipios como Onil, Castalla, Tibi, Muro de Alcoy o Cocentaina.

La principal causa de este problema es la falta de concienciación por parte de los habitantes. La responsable del centro afirma que pese a todas las campañas que se realizan en las diferentes poblaciones, los resultados no son los suficientes. Piden más colaboración por parte del Ayuntamiento en cuanto a multas y penalizaciones a aquellos habitantes que no tengan todo lo referente a su mascota debidamente en regla.

Desde la entidad le dan importancia a su presencia en los colegios e institutos mediante charlas de concienciación para los alumnos. La secretaria de la protectora cuenta como se aprecia en estas charlas a aquellas personas que no se toman en serio el problema, ya que a algunos estudiantes les provoca indiferencia o incluso risas: “He llegado a echar de la clase a chavales con 17 años riéndose de los abandonos, esos son los futuros maltratadores”, afirma.

Vicenta reconoce que la Protectora no está obligada a recoger las mascotas de aquellas personas que acuden para renunciar a ella. “Aún así, nosotros nos las quedamos porque pensamos que esas mascotas se merecen una segunda oportunidad”, sentencia.

El pago por renunciar a una mascota ante la entidad es de 130 euros, que van destinados a pagar la esterilización y las vacunas de la mascota. La secretaria se sorprende de la gente que acude renunciando a su mascota: “Es como si renunciaras a alguien de tu familia, no son conscientes de lo que hacen, pero les da igual”.

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