Dos o tres diputadas
Alcoy recibió ayer la visita en plena efervescencia electoral de un aspirante a la presidencia del Gobierno, el líder de IU-Unitat Popular, Alberto Garzón. Dicen las encuestas que sus posibilidades de acabar residiendo en la Moncloa son escasas, pero su ánimo, ayer, parecía intacto en su comparecencia ante la legión de medios y los centenares de simpatizantes que se acercaron a escucharle en la avinguda de la Hispanidad. Las mismas encuestas también dicen que Alcoy podría tener tres diputadas en el Congreso de los Diputados resultante de las elecciones generales del próximo 20 de diciembre. Tomen con la debida precaución tanto lo uno como lo otro. Pero si el cuento de la lechera se cumple, allí estarán juntas, pero no revueltas, la socialista Patri Blanquer, la popular Lola Alba y la que fuera su compañera de partido, ahora en Ciudadanos, Lucía Granados.
Acostumbran a decir los políticos que, de este modo, nuestras comarcas estarán representadas en Madrid y que la voz y reivindicaciones de los ciudadanos se harán escuchar allá donde se toman las decisiones más importantes. Desconozco si para solucionar aquello que debió resolver Josemari a instancias de una llamada de un tal Eduardo, me refiero a lo del tren, serán mejor tres diputadas o dos, como en la última legislatura. Admito igualmente mi ignorancia, en si la cantidad o calidad resultará efectiva para que en la próxima legislatura el Ministerio de Fomento abone el 1% cultural correspondiente a la obra de la autovía central y, con ello, 1,7 millones de euros que el gobierno municipal espera, como agua de mayo, para redactar, en un sentido u otro, la carta a los Reyes. Y, en consecuencia, afrontar algunos proyectos que andan por ahí, pendientes de ejecución.
No sé cuántos diputados son necesarios para acabar con la lista interminable de agravios y olvidos de las administraciones con estas tierras, pero me gustaría, no obstante, que Alcoy tuviera por primera vez sentadas –espero que algo más– tres diputadas en el hemiciclo madrileño. Me gustaría, para comprobar si sirve de algo. Lo de tener dos, uno o ninguno ya lo sé.