De tal palo…
La barrera que Andrés Pascual ‘Sito’ rompió en mayo del pasado año frente a la Real Sociedad en Mestalla al convertirse en el último canterano blanquiazul en debutar con el primer equipo del Valencia CF tras pasar por su filial, tuvo un anterior precursor en Sergio Porras, también interior zurdo como el actual jugador del Valencia Mestalla pero no tan vertical y con una pierna izquierda de seda, sobre todo a balón parado.
Sergio Porras, que en junio próximo cumplirá los 40 años, vivió tres cursos muy intensos como blanquiazul antes de firmar por tres temporadas con el Valencia. Debutó en la temporada 93/94, aquella del gallego Luis García como entrenador, en la misma que también se estrenaron otros dos canteranos que luego fueron muy queridos por la afición blanquiazul: el portero Eduardo y el centrocampista Barselleta.
En el siguiente curso, ya más consolidado dentro del equipo, fue el año del último descenso del Alcoyano a Tercera División, aquel que comenzó con Didí de presidente y Luiche como entrenador y que acabó con un inexperto Pepe Aroca en el banquillo y José Luis Laporta en el palco. Sergio Porras cerró su etapa como blanquiazul en la temporada 96/97, la de los récords, campeón de Tercera con 90 puntos y Boli como pichichi con 34 goles, truncada con aquel 5-2 de Lorca.
Sergio Porras, que por aquel entonces tenía 21 años, firmó un curso sensacional. Fue junto con Boli y Montava el tridente que marcó diferencias en un curso difícil de olvidar. El Valencia CF lo ató y le tuvo muy cerca del primer equipo. Hizo dos pretemporadas, una con Ranieri y otra con Cúper, en las que disputó varios amistosos pero se quedó a las puertas de saborear el debut oficial con el primer equipo de Mestalla.
Estuvo cerca en San Mamés, en un partido en el que el Valencia ganaba 0-3 y Ranieri le mandó calentar junto a Fernando y Del Solar. “Ellos ni querían salir, querían que lo hiciera yo para debutar y me quedé con las ganas”, recuerda ya como una anécdota más de su dilatada carrera como futbolista, pero reconoce que en aquel momento le dolió bastante.
El Córdoba le quiso
Ese verano vino el Córdoba para ficharle. Le ofrecía tres años de contrato. Sin embargo, el Valencia le convenció para que se quedase. Era un asiduo de los entrenamientos del primer equipo. El último año de vinculación con el Valencia CF se fue cedido al Benidorm. En Foietes inició una peregrinación el dato Sergio Porras llegó a hacer dos pretemporadas con el primer equipo del Valencia Con Ranieri y Cúper como entrenadores que le llevó por varios clubes de la Segunda B. Jugó dos temporadas en el Hospitalet, una en Girona y Gramenet, después pasó al grupo IV donde militó en el Roquetas y el Baza, hasta que rozando la treintena decidió instalarse en nuestra ciudad y jugar en clubes de nuestra Comunidad.
Fichó por el Olímpic con el que ascendió y jugó en Tercera División. Después se marchó al Gandía, con el que también subió a Tercera con Toni Seligrat en el banquillo, decidiendo colgar las botas en el Benigànim en Preferente con 33 años. Pudo prolongar alguna temporada más su carrera, pero su hermano David, que había ascendido con el Alcoyano a Segunda División, le propuso ser su segundo en la Liga Adelante. Aquella etapa duró medio curso, hasta que esta temporada, con la llegada de Paco Bustos al frente de la Fundación del Alcoyano, le propuso ser el coordinador del Fútbol 8 y también lleva las riendas del Infantil B. “Estoy muy satisfecho de como me están saliendo las cosas, es muy gratificante trabajar con niños y a la vez me está sirviendo de aprendizaje. Mi idea es hacer carrera como entrenador”, desvela Sergio Porras.
Pero el pequeño de la saga de los Porras es también actualidad estos días porque su hijo mayor puede seguirle los pasos y hacer carrera en la cantera del Valencia CF. Hugo, de 11 años, acaba de fichar por dos años y la próxima temporada se estrenará en el alevín che. No termina ahí su descendencia, su hijo pequeño, que como él se llama Sergio, de 7 años, también lleva una prometedora carrera como jugador del prebenjamín del Alcoyano.
Hugo pudo ser antes del Levante pero le obligaba a quedarse interno en la capital. El Valencia CF le ofrece un autobús tres días a la semana para desplazarse a entrenar, tener una hora para hacer los deberes en el aula de estudios de la Ciudad Deportiva y luego ejercitarse junto a sus nuevos compañeros, estando previsto el regreso a casa pasadas las nueve de la noche.
Mucho gol
Fue un exblanquiazul, Chato Sabater, como ojeador para esta zona del Valencia, quien le echó el ojo. Después realizó varios entrenamientos con el equipo de captación y ya surgió definitivamente la oferta para quedarse. Contrariamente a lo que fue su padre –“ninguno de los dos hijos es zurdo”-, Hugo es diestro y tampoco suele desenvolverse por banda, lo hace como mediocentro con una excelente visión para incorporarse al ataque, además con unos magníficos registros, ya que lleva 45 goles, lo que le sitúa en la lucha por el pichichi de la liga.
Hugo, que tiene como ídolo a Cristiano Ronaldo, asegura que no vio jugar a su padre. “Era muy pequeño, no se acuerda de nada, de vez en cuando le pongo algún vídeo. Se ríe de mí cuando le digo que en el Valencia llevaba el dorsal 28. Quiere ser futbolista y tiene condiciones para serlo. Ahora dependerá de él y las circunstancias. Tiene una buena llegada al área. Para mí sería un orgullo que consiguiera lo que yo no pude lograr”