De casta le viene al galgo

Toni Castillo, mítico capitán del Deportivo y uno de los tres jugadores que más veces han vestido la camiseta blanquiazul, tenía una pasión al margen del fútbol: la mecánica y los deportes de motor. Todo lo que oliera a gasolina le sabía a gloria y despertaba su interés. Sin embargo, la tradición familiar le llevó por otro camino mientras agotaba sus últimos años como futbolista en activo y acabó heredando el negocio de reparación del calzado que llevó a su familia hasta nuestra ciudad.

Esa afición por los deportes de motor la sigue manteniendo, aunque una decisión de su entorno más cercano le ha hecho retomar con fuerza esa pasión de juventud. Su hijo Cristian, que iba para futbolista tras pasar por las categorías inferiores del Alcoyano, es mecánico del valenciano Aarón Canet, que el domingo ganó en Assen, considerada como la Catedral del motociclismo mundial, y acecha el liderato de Joan Mir en Moto3.

Con 18 años –hoy cuenta con 25 y tiene previsto aprovechar el parón en el Mundial para contraer matrimonio– optó por colgar las botas después de formar parte del equipo juvenil que logró el ascenso a División de Honor y decidió dedicarse a la mecánica. Al igual que su padre, es un apasionado del mundo del motor y todo cambió cuando como estudiante del IES Cotes Baixes surgió la posibilidad de colaborar en un proyecto ECO para un maratón de bajo consumo.

Aquello fue la chispa que encendió definitivamente su vocación por la mecánica y se matriculó en la prestigiosa escuela Monlau de Barcelona que dirige el campeón mundial Emili Alzamora. A partir de ahí todo fue rodado. Se estrenó con Jorge Navarro en el campeonato de España. Al año siguiente estuvo con Álex Márquez, campeón mundial como su hermano Marc, y su primer contacto con un piloto mundialista le llegó en el tercer año de la mano del escocés Kev Coghlan en Superbikes.

Fue su pasaporte hacia el Mundial de Moto3 y regresar en 2016 con Jorge Navarro, tercero de la general al finalizar la temporada. Cristian Castillo se estrenó como responsable de neumáticos y gasolina del valenciano. Su progresión parece no tener techo y sigue dando pasos de gigante en el Mundial de Moto3, ahora como mecánico de Aarón Canet, que muchos empiezan a ver como el sucesor del malogrado Ricardo Tormo. Con 17 años ya lleva dos victorias mundialistas, la última el pasado fin de semana en Assen (Holanda), que le ha valido para situarse segundo de la general a treinta puntos de Joan Mir cuando el campeonato está en su ecuador. Canet apunta al título en la cilindrada pequeña en esta segunda parte del Mundial con una de las estructuras más potentes, liderada por el multimillonario belga Marc Van del Straten, integrante del imperio Anheuser-Busch InBev, el mayor productor de cerveza del mundo.

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