Crédito, cero
El futuro de Galiana ha puesto en un aprieto a las altas estancias del club, que ahora mismo están hechos un lío y no saben hacia dónde tirar. De puertas hacia afuera se quiere transmitir una sensación de tranquilidad, pero de puertas hacia dentro la decisión está ya clara desde hace más de una semana. De hecho, si la situación económica del club fuera otra ahora mismo, Galiana no se hubiera sentado en el banquillo en el derbi el domingo porque tras caer de la forma que se hizo en casa del At. Saguntino, se le habría comunicado su cese fulminante. Ahora mismo, su credibilidad es cero y con el derbi lo único que se consiguió es aumentar la desconfianza que hay con su forma de llevar el equipo. Ni gustan sus planteamientos, ni la forma de gestionar la plantilla, ni tampoco la imagen que está transmitiendo al exterior con sus surrealistas ruedas de prensa. No solo eso, en el club existe una gran preocupación por la pésima planificación en la preparación física que hace que una semana sí y otra también aumente la enfermería del equipo. Tampoco en las altas instancias del club están demasiado contentos por el retraso en la recuperación de los futbolistas y las posteriores recaídas. Un cúmulo de circunstancias que tiene a la SAD atada de pies y manos. La cuyuntura económica tampoco ayuda. El derbi llevó más público al Collao pero han sido varios los partidos en casa en los que ni siquiera la recaudación fue suficiente para pagar al trío arbitral. Nada más acabar el partido del Ontinyent, hubo cónclave en el que participaron toda la dirección deportiva del club con Juan Serrano, Fernando Ovidio, Carlos Sempere y Miguel Hita. Se analizó la situación, si bien no se quiso tomar una decisión en caliente. Tampoco el mercado de técnicos ofrece demasiadas garantías para encontrar un sustituto a Galiana. El que gusta en el club, no puede entrenar. Es Vicente Mir, que hace un mes fue cesado en el Elche y todo apunta que será el entrenador del Alcoyano la próxima temporada. A todo esto, tenemos una plantilla cada vez más acomodada y que en algunos casos empieza a dar la sensación que ha arrojado la toalla.